Algunos centros geriátricos están desarrollando una práctica innovadora en el tratamiento de sus residentes, la cual se trata en que interactúen con niños. Esto porque se ha descubierto que los niños tienen un efecto significativo en los adultos mayores: las personas de la tercera edad elevan sus niveles de compromiso, ganan mayor vitalidad y se despiertan sentimientos de alegría; incluso, esta práctica está ayudando a pacientes con Azheimer.
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