Después del parto, es aconsejable iniciar la lactancia materna cuando el bebé está despierto, para estimular la subida de la leche. Cada madre puede elegir la posición que le resulte más cómoda para amamantar al bebé, pero es aconsejable ir cambiando las posturas para facilitar el vaciado total de los pechos. Los expertos aconsejan mantener la lactancia materna hasta los 6 meses de vida del bebé, ya que proporciona grandes ventajas para la madre y para el pequeño:
-Favorece el vínculo afectivo entre la madre y el bebé.
-La leche materna es el mejor alimento para el recién nacido, porque aporta al niño todos los nutrientes que necesita en sus primeros meses de vida.
-La leche materna puede proteger al recién nacido contra infecciones, alergias y otras enfermedades crónicas.
-Mejora la recuperación de la madre después del parto y disminuye el riesgo de tener anemia, osteoporosis y cáncer de mama o de ovario.
-La lactancia materna aporta al recién nacido las sustancias beneficiosas y protectoras para su inmunidad y salud.
«Se recomienda que, a partir de los 6 meses, además del pecho, se ofrezca a los lactantes una dieta variada y rica en hierro. La lactancia materna óptima en menores de 2 años es la medida que más repercusiones potenciales tiene en mejorar el estado de salud de la población infantil en países en desarrollo, más que cualquier otra intervención preventiva», informa El Mundo.
Pero dar el pecho requiere un mayor aporte de energía y nutrientes para favorecer la producción de leche, por lo que la madre debe seguir una dieta variada y saludable. Es cierto que hay determinados alimentos que ayudan a aumentar la producción de leche materna gracias a su contenido en determinados nutrientes y compuestos. Lo ideal es tomar alimentos que aporten fuentes de proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales esenciales.
Algunos alimentos como la avena pueden estimular la liberación de la hormona prolactina, una hormona relacionada con la producción de leche materna. Varios estudios han comprobado que el hinojo contiene compuestos Fito nutrientes que podrían tener un efecto positivo en la leche materna. La madre puede tomar alimentos ricos en fibra y en hierro como los albaricoques secos, manzana, pera, legumbres, espinacas, lechuga, zanahoria, berberechos, mejillones, sardinas, verduras de hoja verde, perejil, pimiento, frutos secos y tomate.
También debe consumir pescado azul pequeño como arenque, caballa, trucha, dorada, boquerones, anchoas, etc. Pero es importante evitar el consumo excesivo de pescado azul grande (cazón, emperador o atún rojo) por su elevado contenido en mercurio. Es fundamental tomar cuatro raciones al día de productos lácteos, ya sea leche, queso o yogur. Estos alimentos proporcionarán a la madre el suficiente calcio. La madre segrega medio litro de leche al día, lo ideal sería incrementar la ingesta de calcio en unos 700 miligramos diarios.
Se recomienda preparar platos con leche y quesos de calidad y que mantengan su sabor incluso después de un almacenamiento prolongado. Para ello los profesionales de la tienda Extrainvest Magazine, expertos en productos de alimentación locales, nos explican algunos consejos para elegir productos lácteos de buena calidad:
-Es importante revisar siempre el etiquetado nutricional para conocer los ingredientes empleados en su fabricación, su origen, las condiciones de conservación, etc. También aparecen las vitaminas, hidratos de carbono, azúcares, proteínas, grasas y sal.
– Fijarse en la lista de ingredientes para comprobar que están hechos con leche entera.
-Escoger productos lácteos que no lleven azúcares o edulcorantes añadidos.
-En el caso de los quesos, también es aconsejable comprobar la cantidad de sal que contienen.
La cantidad de calorías necesarias dependerá de varios factores, como la edad del bebé, del nivel de actividad física de la madre, de su índice de masa corporal (IMC) o de si tiene que alimentar a uno o más bebés. Durante la lactancia es fundamental que la madre se mantenga bien hidratada, por lo que antes de darle el pecho al pequeño se aconseja tomar un vaso de agua, de zumo de frutas sin azúcares añadidos o de leche.
Es recomendable limitar el consumo de café, té y refrescos que contengan cafeína o bebidas energéticas durante la lactancia. La cafeína es un estimulante que puede afectar al bebé, volviéndolo más irritable. La madre tampoco puede consumir alcohol porque este puede llegar al bebé a través de la leche materna. El alcohol puede reducir temporalmente la producción de leche materna y afectar el sueño del niño. El sistema metabólico de un bebé no está desarrollado para procesar y eliminar el alcohol.
El ajo en polvo y la cebolla molida se usan en muchas recetas, pero estos dos vegetales alteran el sabor de la leche materna y pueden provocar que el pequeño rechace la leche. También debe evitar los azúcares refinados, por lo que no es aconsejable consumir bollería industrial, chucherías, helados y alimentos similares durante la lactancia materna.