Cuando somos padres nos surgen un montón de dudas que nunca pensábamos que nos iban a pasar por la cabeza. Son cuestiones que no están de nuestra mano y menos aún cuando somos papis por primera vez. Siempre he pensado que los bebés deberían venir con un manual de instrucciones, pero por desgracia no es así. Hace años, nos llevábamos por las indicaciones que nos hacían nuestros padres, que ya tenían experiencia en esto. Seguro que pensábamos eso de “bueno, si nos han tenido a nosotros, sabrán lo que hay que hacer”.
Sin embargo, se ha comprobado que hay una brecha generacional muy grande entre los niños que nacieron en el siglo pasado y los que nacen ahora. Todo ha cambiado y ya nada es igual. Yo lo he podido comprobar con las indicaciones que me daba mi madre que nada tenían que ver con las que luego me decía el pediatra. Además, en este siglo que vivimos hay que sumarle Internet. Es decir, muchos padres hemos sustituido los consejos parentales por las búsquedas en Google, y eso no es del todo bueno.
Pues bien, una de esas dudas que siempre llegan es la de a qué edad hay que llevar al niño por primera vez al dentista. Y aquí lo que hacemos es ponernos en manos de lo que dicen los profesionales, que de esto saben mucho.
Entre 2 y 5 años
En este caso, para los niños en edad preescolar, que van entre los 2 y 5 años, se recomienda llevarlos al dentista una vez al año. Es importante empezar a acostumbrarlos a las visitas al dentista desde una edad temprana para que se sientan cómodos y se acostumbren al ambiente. Es el momento de quitarle el famoso miedo que se pueda tener, aunque es cierto que este miedo viene muchas veces heredado de la imagen que se ha dado en el cine y en la televisión del profesional de la dentadura. Algo que dista mucho de la realidad actual.
Entre 6 y 12 años
Para los niños en edad escolar (entre 6 y 12 años), se recomienda también llevarlos al dentista al menos una vez al año, aunque es cierto que los padres tienen que estar muy atentos a la evolución de las piezas dentales. En esta etapa, es importante mantener un seguimiento de la salud bucal del niño y corregir cualquier problema que pueda surgir, como caries o maloclusiones. Y es que el árbol está creciendo, pero si lo hace torcido, luego será muy complicado el poder enderezarlo.
Entre 12 y 18 años
Ya entramos en una edad clave. Para los adolescentes (entre 12 y 18 años), se recomienda seguir con las visitas cada año o incluso dos al dentista para mantener una buena salud bucal y prevenir los posibles problemas que pueden surgir a largo plazo. Esta etapa es crucial para la salud dental, ya que durante la adolescencia pueden aparecer problemas como la malposición de los dientes o la necesidad de ortodoncia.
Aunque es cierto que las ortodoncias nada tienen que ver las actuales con las de hace años. Yo soy de esos niños que en los años 80 comenzaron a usar por primera vez una ortodoncia y que lo pasaron mal. Porque eran cuatro alambres que lo único que hacían es que fuéramos el hazmerreir del resto de los compañeros. Pero por suerte ahora las cosas han cambiado. Lo último que he conocido son los Brackets con sistema Damon. En este caso, como nos indican desde Palma Medico Dental consisten en un sistema de brackets metálicos evolucionado. Los brackets Damon son un tipo de ortodoncia de autoligado que, a diferencia de los aparatos tradicionales, no necesita ligaduras de goma, pues sus brackets tienen pequeñas pestañas o clips que sujetan el alambre por cuenta propia. La verdad es que pienso que si yo hubiera tenido esto, me hubiera librado de muchas miradas en el colegio.
Hay más modernos sistemas de ortodoncia, como por ejemplo la invisible, que destaca por su material translúcido que pasa casi 100% desapercibido y su estructura suave que previene las rozadura. Una gozada.
En general, como has podido comprobar, es importante fomentar hábitos de higiene bucal desde temprana edad. Los niños tienen que tener muy claro cómo cepillarse los dientes después de cada comida, que también hay que usar hilo dental y, por supuesto, lo de visitar al dentista regularmente. Además, en caso de que el niño presente dolor de dientes, sensibilidad o cualquier otro problema dental, es importante acudir al dentista lo antes posible. Así pues, hay que ejercer de padres y estar muy atentos a su boca.