Cómo cuidar la boca de los más pequeños de la casa

En el momento del parto un nuevo ser llega a nuestras vidas, se abre un mundo nuevo lleno de felicidad para los padres y también comienza una larga etapa de aprendizaje para el niño que acaba de nacer. Muchos futuros padres, ya desde el embarazo y pensando en la salud bucal de su futuro hijo, buscan asesoramiento y consejo a través de especialistas en odontopediatría como primera medida de prevención a fin de evitar posibles malformaciones en el bebé. Si esto es lo que buscas, la Clínica Cooldent, ubicada en la localidad de Algeciras, es tu mejor elección, pues su equipo de odontólogos apuesta por la prevención como la mejor manera de asegurar la salud bucodental de sus clientes, estableciendo relaciones de confianza basadas en la experiencia profesionalidad contrastada de cada uno de los especialistas expertos en los tratamientos a seguir, como pueden ser ortodoncia, implantes, cirugía oral o odontología infantil, entre otros.

El Dr. Álvaro Colomer dirige un equipo de odontólogos en esta clínica compuesto por expertos en cada una de las materias, tales como ortodoncia, implantes dentales, endodoncia o estética dental. Se encuentran en continua actualización y optimización de conocimientos, técnicas y materiales, para ofrecer siempre un servicio 5 estrellas, que en el caso de los más pequeños es muy importante para que su dentición se desarrolle bien y no presenten problemas bucodentales en el futuro.

Y está claro que en caso de que estos niños tengan algún tipo de dificultad en la boca, siempre es buena contar con una clínica de confianza como Cooldent para acudir a consulta y solucionarla a tiempo.

Pues bien, en cuanto a los más pequeños, la primera pregunta que nos surge es ¿chupete sí o chupete no? El bebé tiene una necesidad de succión, el acto de mamar, de alimentarse está en la propia naturaleza humana, además ya en el vientre de la madre podemos apreciar a través de las ecografías como tiende a chuparse los dedos. El simple hecho de succionar le relaja, le ofrece tranquilidad, le calma, de ahí que muchos padres recurran al chupete buscando consuelo cuando está inquieto. El problema surge cuando su utilización se alarga demasiado en el tiempo o durante muchas horas al día, puesto que puede provocar algunos problemas de malformación de la mandíbula. Algunos especialistas manifiestan que se debe retirar el chupete como muy tarde cuando el niño cumpla entre los dos y tres años.

Nunca se debe untar el chupete en miel, azúcar, helados o cualquier otra sustancia azucarada, pues podría provocar la aparición de caries. Después de cada toma se deben limpiar las encías del bebe con una gasa humedecida, a fin de eliminar los posibles restos de leche o zumo.

Según el niño vaya creciendo y comience a salirle los primeros dientes de leche, debemos comprar un cepillo de dientes especial para bebés e ir introduciendo a nuestro hijo, como si de un juego se tratase, en la rutina diaria del cepillado después de cada comida. Al principio este cepillado se realizará solamente con agua.

Por otro lado, muchos padres tienen la costumbre de besar a sus hijos en la boca, sin pararse a pensar que la caries es una enfermedad infecciosa que se transmite, por lo que los padres al depositar su beso en los labios del niño pueden transmitírsela.

La importancia de la alimentación

La alimentación también es una parte importante en el cuidado de los dientes. Es muy importante inculcar a nuestros hijos desde bien pequeños el hábito de una alimentación sana a base de frutas y verduras, evitando en la medida de lo posible los alimentos o bebidas azucaradas, galletas ya sean dulces o saladas, golosinas, caramelos, etc., con el fin de evitar la caries, la enfermedad bucal más extendida entre la población infantil.

También se debe evitar probar su comida con la misma cuchara para comprobar la temperatura. Limpiar el chupete con nuestra boca, etc.

Y sobre es clave todo no retrasar la primera visita al odontopediatra, para que revise el estado de salud bucal de nuestro hijo y nos ayude a detectar y solventar cuanto antes los posibles problemas que pudieran plantearse, y no olvidar que aunque el niño se vaya haciendo mayor y tenga el hábito del cuidado bucal adquirido, son los padres los que ostenta la responsabilidad de  vigilar y controlar que se haga adecuadamente..

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