Animales, embarazos y niños

Del mismo modo que escribo mis propias experiencias y lo que he ido aprendiendo a lo largo de mi vida como mamá y profesional del sector, también me dedico a leer lo que otras personas escriben, tanto por curiosidad personal como por aprendizaje. Es maravilloso tener una herramienta como Internet tan al alcance de nuestras manos, es fantástico poder compartir todo eso, pero también hay que tener mucho cuidado con lo que se lee por ahí porque hay quien dice las cosas muy a la ligera, sin fundamento ninguno y con tal seguridad que parece que estén en lo cierto, pero no, muchos se equivocan. En el tema de “animales y niños” e incluso “animales y embarazos” he leído barbaridades.

Mitos y leyendas

“Si quieres que tu perro se vaya acostumbrando poco a poco a la presencia de tu recién nacido, dale a oler el pañal sucio de tu hijo antes de presentarle al bebé”. Esto lo leí en un artículo de alguna web que ahora mismo ni recuerdo, pero ¿quien puede pensar que eso tenga alguna utilidad? En cuanto el bebé acceda al interior de la vivienda, el perro empezará a olerle, se lo presentes o no. De hecho, toda la casa olerá al bebé, así que plantarle al animal en la cara el pipi o el popo del niño es una soberana tontería, además de una marranada. Imagino que en un contexto de incubadora, cuando el perro aún no ha tenido oportunidad de conocer al recién llegado a la familia, tendría algún sentido ir dándole algo que huela a él para que se vaya acostumbrando hasta que los padres puedan traerlo a casa, pero yo optaría por alguna mantita o un body, no por un pañal de caca.

Otra frase fantástica “Los pitbull son muy peligrosos, es mejor no tener esta raza de perro conviviendo con niños pequeños”. Vamos a ver, que sea un perro de presa capaz de destrozarnos una pierna de un solo bocado no significa que vaya a hacerlo. Un animal educado no tiene por qué ser peligroso, tenga la raza que tenga, y un animal no educado puede resultar muy peligroso, sea pitbull o chihuahua, porque aunque éste último no pueda matar a un bebé, sí puede causarle mucho daño con un mordisco de sus dientes.

Y esta otra es la mejor “Si tienes gatos y te quedas embarazada tienes que tirarlos a la calle o regalárselos a alguien porque pueden contagiarte la toxoplasmosis”. Pues bien, la toxoplasmosis se contagia mediante unas bacterias que sólo puedes encontrar en las heces de un gato previamente infectado (la mayoría de los gatos caseros no lo están). Estas bacterias han de llevar un mínimo de 24 horas expuestas al aire para que sean infecciosas. Es decir, que para infectarte tendrías que jugar con las caquitas que tu gato haya hecho el día anterior (eso en caso de que él tenga toxoplasmosis porque si no, ni por esas). Es mucho más fácil que contraigas esa enfermedad a través de la carne o las verduras mal lavadas, te lo aseguro.

Realidades

Sin embargo, hay otras muchas cosas que sí son verdad y la mayoría de ellas son positivas, tanto para nosotras como para nuestros hijos.

Respeto, educación y responsabilidad. Tener un animal en casa desde que son bebés va a ayudar a vuestros hijos a aprender a respetar la vida, a amar a los animales, y a ser responsables de ellos cuando puedan darles de comer o llenarles el cuenco de agua. Si no podéis tener perros o gatos, optad por algo que puede ser mucho más cómodo como un hámster o un pajarito. Si queréis saber más, en Pajareras y Accesorios encontraréis multitud de información sobre la alimentación de los periquitos, cacatúas, ninfas y casi todas las aves de compañía.

Mucho más saludables. Tener un animal en casa ayuda a prevenir alergias y otras enfermedades en nuestros hijos. El contacto con el perro o el gato, tanto de su saliva como de su pelaje, crea defensas en el sistema inmunológico de nuestros hijos y es muy improbable que estos animales puedan contagiarle una enfermedad peligrosa.

Un compañero de juegos. Los perros con muy cariñosos y agradecidos, juguetones y divertidos, fieles y protectores… no hay un solo apelativo que piense relacionado con los perros que pueda ser negativo para un bebé, siempre y cuando el animal esté bien cuidado y educado, claro está. Yo no soy de las que opina que la raza importe, pero si te da impresión dejar a tu hijo jugando con un perro de raza grande siempre puedes tener un yorksire, un bichón boloñés o maltés, un caniche o el típico chihuahua. Puede resultar muy divertido para los niños llevar ropa similar al animal, pero de perros grandes casi fabrican así que sólo los perros pequeños tienen esa ventaja, y es que en tiendas como mydogbcn.com podemos encontrar de todo, desde sudaderas hasta chubasqueros.

Además, el niño que juega y convive con animales aprende a compartir, a respetar y a socializar. Todo son ventajas así que dejaros de perjuicios y si tenéis alguna duda, contactad con un profesional que pueda asesoraros.

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