Una baja tasa de natalidad y un alto gasto por bebé caracterizan a nuestro país

Vivimos momentos que resultan complicados para lo que guarda relación con la natalidad. España vive una crisis absoluta en lo que tiene que ver con este asunto y son varios los motivos que nos han conducido hasta ello. El primero de ellos tiene que ver con la cantidad de tiempo que nos vemos obligados a pasar fuera de casa todos los días, que nos deja poco espacio para nosotros y nosotras y, por tanto, para pensar en tener hijos e hijas. Por otro lado, nos encontramos con que el coste de la vida se ha disparado desde la entrada de España en el euro, lo que nos obliga a tener un mayor control de nuestro bolsillo, algo que es imposible conseguir en el caso de tener descendencia. Por último, la incorporación de la mujer al mundo laboral, una noticia que es positiva y que la sociedad demandaba al final del Franquismo, también ha tenido una influencia negativa en la natalidad.

En el mes de abril de este mismo año, el diario El País publicó una noticia en la que hacía referencia a la baja natalidad que tenemos en este país. La cifra es de 1’3 hijos por pareja, una de las más bajas de toda la Unión Europea. Entre algunos de los motivos que se exponen se encuentran los que ya os hemos comentado y, además, se añade la escasa colaboración de algunos hombres en lo que tiene que ver con la educación de los hijos. Aunque eso ya no es tan exagerado como antes, sí que es cierto que son ellas las que siguen ocupándose de la mayoría de esos temas, algo injusto y que hay que terminar de cambiar.

Eso sí: os podemos asegurar que, al menos, quien tiene un hijo le proporciona todo lo mejor. Hace décadas, no había tantas facilidades ni tantos productos dedicados a los recién nacidos. Ahora, todo ese sector de negocio ha dado un vuelco espectacular y existen productos y servicios de todo tipo que van destinados principalmente a garantizar que los primeros años de vida de los niños y niñas sean lo más cómodos y no más gratificantes posibles. Los padres y madres, como es lógico, ven una oportunidad de millo para que su descendencia sea feliz y adquieren normalmente estos productos y servicios.

Es curioso que, ahora que existe una muy baja tasa de natalidad en España, sea mayor que nunca el gasto de las familias en sus bebés. Ese dato nos lo han confirmado los profesionales de The Baby House, que nos han indicado que la venta de carricoches o de las sillitas para bebés con las que debe ser equipado una familia que acaba de ampliar su número de integrantes son las más altas desde que se tienen registros. Y es que ahora ser bebé es mucho más fácil de lo que lo era antes, no hay dudas al respecto.

El gasto en ropa es otro buen ejemplo de lo que os estamos comentando

Otro de los asuntos que nos permiten ilustrar el tema del que venimos hablando es el gasto de las familias con hijos pequeños en ropa. También es más elevado que nunca y no es porque lo que compremos sea más caro, sino porque compramos más prendas para nuestros peques. No queremos que les falte de nada y, como es lógico, mucho menos vamos a querer que anden justos de ropa con la importancia que ella tiene para estar cómodos y protegerles del frío durante los meses de invierno. De hecho, después de objetos básicos como esas sillitas y carricoches de los que os hemos hablado, la ropa es lo más importante.

Todo el mundo tiene claro que tener un hijo o hija conlleva una gran responsabilidad y que eso, a su vez, conlleva una inversión económica. Nos alegra saber que la población española se lo toma tan en serio. Eso quiere decir que amamos de verdad a nuestros hijos e hijas y que queremos darles lo mejor. Así debe seguir siendo por muchos años que pasen. Un hijo o hija es lo más grande que le puede ocurrir a una persona y debemos poner todos los medios que se encuentren a nuestro alcance para intentar darles una infancia lo más feliz que se pueda.

Es verdad que habrá gente cuya economía vaya más justa y que no pueda permitirse lujos para sus hijos e hijas. Eso es entendible. No se puede sacar el dinero de donde no lo hay. Pero sí que es cierto que, cuando tenemos hijos o hijas, nuestros deseos pasan a un segundo plano en detrimento de lo que ellos y ellas necesiten. Es imprescindible que tengamos eso en cuenta para ser buenos padres y buenas madres. Lo seremos si pasamos a ser un segundo plano para dar prioridad a nuestros peques.

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