Cuando mi hijo empezó a achinar los ojos para ver la televisión empecé me llamó la atención así que fuimos directos a la óptica a que le hicieran una revisión y ¡bingo! Necesita gafas. Me hablaron entonces de este optomestrista en Barcelona que tiene una terapia visual con la que reeducan la vista de los niños. Por lo visto no todos los casos son iguales pero algunos niños han recuperado casi la totalidad de visión.
No es que yo sea una pija que no quiere que su hijo lleve gafas. No tiene nada que ver con eso. Más bien, como persona que lleva gafas, sé lo que significa. Gastos, problemas y un largo etcétera. Para sacarte el carnet de conducir, si vas con gafas, te obligan por ley a llevar unas gafas de repuesto siempre en el coche y si vas con lentillas y te pillan fijo que la lías parda. Económicamente supone un gasto importante. Cada par de gafas que yo he tenido han supuesto un pellizco al sueldo del mes y no me compro precisamente las más caras ni mucho menos, yo voy a lo básico, y si quieres ponerte lentillas ya sabes que todos los meses tendrás que pagar las desechables así que… hay que ir ahorrando.
El caso es que, si funciona, yo casi prefiero pagar ahora dicha terapia y que tanto él como yo nos olvidemos del problema para el resto de nuestras vidas. Además, seguro que el chaval va más cómodo sin ellas.
El centro óptico que me recomendaron se llama Centre Marsden y he estado informándome sobre la terapia visual y creo que ya estoy decidida a llevarlo. La terapia visual tiene más de un tratamiento. Por ejemplo, por un lado está el control de miopía, las terapias para estrabismos y ambliopías, terapias para síndrome visual informático, terapias de eficacia visual, Terapia de integración de reflejos, etc.
Muchos niños con problemas, gracias a estas terapias, subsanan aquello que les está dificultando la vida y no hablo sólo del tema visual, sino también de problemas en el colegio, retraso escolar, problemas de relaciones y demás.
Los niños son muy sensible aunque a veces pensemos que son unos borricos cuando se ponen a jugar y hacer gamberradas pero cualquier cosa que puedan llegar a decirles puede causarles un trauma y, al igual que hay niños sensibles, hay niños que aún no conocen dónde está el límite de lo que está bien o lo que está mal y si lo conocen no lo respetan porque tampoco conocen las consecuencias de sus actos. De ahí viene muchas veces el bulling en el colegio y yo no soy ninguna experta pero a veces creo que evitando la causa evitamos también el problema. Puede que no sea justo, es verdad, pero a veces es lo único que podemos hacer y yo estoy dispuesta a hacer lo que sea necesario para ayudar a mi hijo pequeño.