La salud bucodental es un aspecto que nos tiene que preocupar a todos, tengamos la edad que tengamos. Pero que se vuelve necesidad cuando se habla de los niños. Hay que tener mucho cuidado con los problemas que pueden tener los niños en los dientes. Ya que una mala elección durante la edad infantil puede repercutir en posteriores enfermedades. Por lo general todo aquello que se sale de la normalidad es patológico, pero ante la duda debemos consultar al profesional, que seguro que sabe qué hacer en todo momento.
Caries
Es el principal problema que suelen tener los niños, pero como verás a continuación, no es el único. Las cifras dicen que el 18% de los niños de 3 años en España tiene caries, y este porcentaje sube hasta el 40% en niños de hasta 5 años. Un mal que hay que tantear desde el primer día. Cualquier mancha, cualquier agujerito puede ser detectado muy precozmente y podrá solucionares de una manera poco invasiva y más eficaz si acudes a un dentista. Cualquier lesión blanca debe ser revisada por el odontólogo para descartar o confirmar de qué se trata y poner la solución si hace falta. Un agujerito negro ya es una caries de más larga evolución y peor pronóstico.
Por todo esto, conviene supervisar el cepillado dental de los niños hasta los 10 años de edad que no debe durar menos de dos minutos para eliminar toda la placa bacteriana. El cepillado más importante es el de la noche que evita que el esmalte de los dientes se deteriore por la acumulación de la placa. Además, durante las horas de sueño hay un cambio de Ph en la saliva que favorece la actividad bacteriana y, con ello, la aparición de las caries.
Dientes juntos
A veces nos preocupamos mucho de la separación de los dientes, pero tan malo como eso, es tenerlos apiñados. Los profesionales de la Clínica Dental Galván Lobo nos han asegurado que muchos padres les consultan cuando su hijo tiene cierto apiñamiento, cuando ya es evidente que los dientes están mal colocados, y muchas veces es bastante tarde. Algo que también nos han corroborado en la Clínica Dental Collado Villalba, por eso hay que acudir mucho antes. Y es que desde muy temprana edad se puede prever si puede llegar a haber problemas de espacio en la boca para que todos los dientes estén correctamente alineados
Si los dientes de leche están muy juntos es muy posible que los definitivos luego no quepan en la boca, ya que estos últimos son mucho más grandes que los de leche. En eso momento habrá que ponerse ortodoncia para superarlo. Los dientes y muelas definitivos necesitan, para erupcionar correctamente, ocupar el sitio de los de leche más el espacio libre entre diente y diente. Y es que se necesita espacio y que el hueso esté correctamente desarrollado.
Problemas en el hueso
En los últimos años se ha comprobado cómo los niños no se alimentan correctamente, y es algo que se puede comprobar desde el nacimiento, incluso cuando el bebé se encuentra en la lactancia. Los músculos están entrenados haciendo unos ejercicios muy frecuentes, durante muchas veces al día, y muy intensos, que tonifican la musculatura orofacial y eso permite el crecimiento armónico de huesos y articulaciones de la cara.
Cuando al niño le salen la primera muela de leche, el bebé ya suele estar preparado para comenzar a masticar. El empezar la alimentación complementaria con purés, yogures, plátanos, croquetas, albóndigas, pan de molde, galletas y otros alimentos que no requieren ser masticados hace que el hueso no se desarrolle.
Mal oclusión
Una mala oclusión dental, es decir, una mala mordida, puede desencadenar otros problemas bucodentales más graves, por ello es muy importante diagnosticarla y tratarla cuanto antes, ya que a edades tempranas es mucho más fácil de solucionar y evitaremos que empeore con el paso del tiempo.
Cuidado con el deporte
Para prevenir los traumatismos dentales en niños es recomendable utilizar protectores bucales, sobre todo si practican habitualmente algún tipo de deporte. Se trata de aparatos que están hechos de un plástico flexible que evita que, con el golpe, se produzcan heridas y lesiones en los tejidos blandos, los dientes o en la mandíbula, por ejemplo son muy usados en la práctica del rugby.