Miedos y actitudes de los niños ante el odontólogo

Es bastante normal que los niños no tendrán problema alguna cuando visitan al dentista, pero en el caso de que tengan alguna clase de temor. En clínica dental carrilet 100 creen que la concienciación en España respecto a lo importante que es que los pequeños acudan al dentista ha calado mucho en estos últimos años, lo que es muy positivo para la salud dental.

¿Cómo se puede ayudar al niño para que visite al dentista sin miedo?

Normalmente los niños observan mucho, más que los adultos. Por esto, cuando visiten la consulta es ideal ver cómo se encuentra. Lo mejor es que en la sala de espera haya mesa o sillas para que ellos puedan estar sentados o leyendo tebeos. Eso seguro que les ayuda a tranquilizarse.

En cuanto el niño está en el interior, mejor que pase solo a la sala, salvo que sea muy pequeño. No solo porque así el profesional o profesionales solo tienen que atender al niño, también porque ellos se portan de forma distinta cuando están los padres presentes, normalmente peor.

Pensemos que los niños van a valorar al dentista cuando entren por la puerta, por lo que siempre es ideal que el profesional se gane su confianza y que vean que es amable, pero también seguro.

El niño debe estar entretenido y todo vale, desde preguntar por su equipo músico o realizarles adivinanzas.

Una vez se termine el proceso, hay que reforzar al pequeño, y no dudar en elogiar cómo se ha comportado. Algo que también se debe hacer extensible a los padres.

Los adolescentes

Cuando es gente en la adolescencia, pensemos en los muchos cambios psicológicos que tienen los adolescentes. El desarrollo de ellos destaca la potenciación del sentido de la crítica, lo que hace que haya dificultades en las relaciones familiares o tensión con los profesionales.

Aparece en ocasiones la escasez de reconocimiento a las autoridades, por lo que se cuestionan las normas de los adultos, aunque sea con el dentista. Falta experiencia vital, por lo que las posturas son de lo más extremas.

El mundo cada vez es más grande y la familia es menos protagonista, pasando a ser su grupo de amigos. La necesidad de marcar diferencia con la anterior etapa es marcada y ya se sienten mayores, por lo que antes era admirado de los padres, ahora de critica y juzga.

No se tiene que pensar que sea un rechazo, pues necesitan de sus padres y su cariño, pero si es cierto que muchas veces pueden hacer más caso a lo que dicen sus amistades que el dentista.

Hay crisis de identidad, pues ellos se sentirán débiles, y sacrifican las decisiones y preferencias según lo que el grupo pueda tolerar, si todo su grupo fuma, ellos tenderán a hacerlo, para no quedar fuera.

Por todo ello, los adolescentes son un grupo complejo para ser tratado en una clínica, pero es mejor saberlo para poder contar con ellos y tratarles de buenas maneras. No se les puede tomar con niños, pero tampoco ser sus amigos. Amabilidad, pero la firmeza tiene que estar en el profesional.

¿A qué conclusiones llegamos?

No hay que olvidar que hay que tomarse la visita al dentista desde la normalidad y que hay que prevenir desde el principio. Por este motivo, se deben planear las visitas rutinarias de revisión, aunque no tengamos los dientes con daños. Así es como el niño va a viéndolo como algo tan normal como acudir a su pediatra. Además, cuando sea adulto, existirán más posibilidades de que siga yendo al dentista.

Insistamos en lo importante que es cepillarse y que el niño vea como lo hacen sus padres de buena forma. Los modelos son fundamentales cuando se quiere tener un hábito adecuado en la marco de la higiene de la salud dental.

Cuando van a los niños al dentista deberán tener una serie de cosas claras, en especial en cuanto a su actuación. Van a ser los responsables de que los niños vayan a tener unas costumbres correctas en su higiene.

Está claro que la cultura de acudir al dentista es algo que se adquiere con el paso del tiempo, pero es mucho más fácil hacerse con ello de pequeños que no de mayores. Ahora lo bueno es que los niños están viviendo una época en la que es más habitual ir al dentista y no tiene esa leyenda negra que tenía hasta hace tan solo unos años. Por fortuna eso ya está casi superado y ahora se ve de otra manera más saludable.

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