Que un niño olvide cepillarse los dientes alguna que otra vez es algo muy común y a lo que no damos importancia, sin embargo, el poco valor que se le da a estos pequeños descuidos provoca que el niño no adquiera una rutina diaria necesaria para prevenir ciertas enfermedades que puede sufrir en edad adulta, o incluso en la juventud. En 2001, un informe estadounidense señalaba que se pierden más de 51 millones de horas escolares debido a enfermedades relacionadas con los dientes. Pero en España el dato no es mucho más alentador.Por supuesto, una de las principales medidas para prevenir este tipo de enfermedades son las revisiones periódicas a tu dentista. En Centre Dental Basté, en Barcelona, recomiendan una visita anual como prevención y una buena higiene bucal, tanto en niños como en adultos, una opinión que respaldan la mayoría de los dentistas y odontólogos
Una de las principales dolencias con la que debemos tener cuidado a la hora de prevenir problemas bucales son las caries. La caries, también conocida como cavidad dental, es la enfermedad más común de los dientes y sin embargo las estadísticas demuestran que no es uno de los principales focos de preocupación en la sociedad. Al año, la población española pierde más de 2 millones de dientes por culpa de caries y enfermedades periodontales que podrían haberse evitado con unos buenos hábitos alimenticios y de higiene bucal. Y es que sólo el 10% de los españoles tiene una encía sana.
En el Centro Médico BenViure destacan la importancia de hacerse una limpieza profesional también con cierta periodicidad. Pero, ¿Cómo conseguir que un niño se tome la limpieza dental de modo que no le parezca un castigo? Lo primordial es predicar con el ejemplo. Una gran idea es cepillarse los dientes junto al pequeño de la casa, de este modo el adulto podrá controlar dicha limpieza (al mismo tiempo que puede convertir el momento en una diversión familiar), y también demuestra al niño que el adulto también realiza dicha tarea. Esto hará que el pequeño no tome manía al “odiado” momento en el que han de llevarse el cepillo a la boca.
También es de suma importancia el uso del hilo dental y el flúor. Es necesario inculcarle el uso de estos productos que marcarán una gran diferencia en su calidad bucal en un futuro cercano.
Si un individuo tiene una buena higiene bucal desde el inicio de su vida autónoma, se reduce notoriamente la posibilidad de padecer alguna de estas comunes enfermedades dentales, de hecho, los niños pueden llegar a adultos sin problemas bucales con rutinas de higiene y visitas regulares al dentista.