Hace unos meses hablábamos sobre cómo cuidar nuestros dientes durante el embarazo y la semana pasada sobre los problemas dentales de una niña de corta edad demostrando así, que la higiene bucodental se debe inculcar desde el nacimiento del primer diente, a pesar de que sean los padres quienes hagan ese trabajo hasta que el niño o niña cumpla el año y medio aproximadamente, cuando ya podrá empezar a hacerlo solo o sola bajo la supervisión de un adulto.
Pues bien, hoy os quiero hablar de algo que sigue en esa tónica pero que a veces pasamos por alto pensando que no es tan importante como lo anterior: la ortodoncia. Una mala posición dental puede provocar que haya espacios interdentales a los que ni el cepillo de dientes ni el hilo dental pueda llegar y eso provoca caries, putrefacción de comida, mal aliento e incluso infecciones bastante graves.
“La ortodoncia es una especialidad de la odontología que se encarga de todo estudio, prevención, diagnóstico y tratamiento de las anomalías de forma, posición, relación y función de las estructuras dentomaxilofaciales; siendo su ejercicio el arte de prevenir, diagnosticar y corregir sus posibles alteraciones y mantenerlas dentro de un estado óptimo de salud y armonía, mediante el uso y control de diferentes tipos de fuerzas.” Lo que acabáis de leer es un fragmento que acabo de copiar de la web de esta clínica dental en Alicante y me viene al pelo para que prestéis especial atención a la última frase: “(…) mantenerlas dentro de un estado óptimo de salud (…)” No se trata sólo de la estética, de tener los dientes más o menos torcidos o de conseguir la sonrisa perfecta, se trata de prevenir un poco para que nuestros hijos no sufran problemas que podrían haber sido evitados.
Por ejemplo, pasar por alto una malformación dental demasiado tiempo puede llegar a crear en la boca del pequeño lo que llamamos una “mala mordida”. Eso significa que como sus dientes no encajan tiene que aprender a morder una manera que no es la natural lo que provoca aún más esa deformación e incluso movimiento en dientes que aparentemente estaban en perfecto estado.
Tampoco hay que tomarse la ortodocnia a la ligera
No estoy diciendo con esto que debamos poner ortodoncia a la primera de cambio a todos los niños que no tengan unos dientes perfectos y alineados, sólo digo que no es algo que debamos pasar por alto. De hecho, poner ortodoncia a niños que no lo necesitan también puede tener sus riesgos.
Las caries dentales son el principal problema que afronta una persona cuando usa brackets porque éstos almacenan restos de alimentos que, a la larga, se descomponen y provocan caries. En algunos pacientes, las raíces de algunos dientes pueden acortarse durante el tratamiento de ortodoncia. Por lo general, el acortamiento es mínimo y no tiene consecuencias importantes, pero en raras ocasiones puede amenazar la longevidad, estabilidad y movilidad del diente en cuestión.
Por otro lado, el movimiento ortodóntico del diente puede afectar al tejido óseo y la encía que lo sostienen si existe una condición patológica previa y en algunos casos aunque no exista, y, para colmo, los dientes pueden tender a cambiar de posición después del tratamiento y la única manera de evitarlo es usar un retenedor por las noches, a veces incluso de por vida.