El niño y la lotería

Hay quien dice, bueno lo dice el dicho, que los niños, vienen con un pan bajo el brazo. Tal vez por eso se celebre cada año el sorteo de la Lotería del Niño, el mismo día de Reyes. Si te toca un premio y estas embarazada o a punto de dar a luz, si puedes decir que un niño viene con un pan bajo el brazo. En caso de no ser así, que es lo más habitual, realmente los niños no vienen con un pan bajo el brazo. Más bien, ocurre lo contrario. Los niños, tienen unas necesidades que no se pueden obviar y requieren de una inversión de tiempo y dinero que no todo el mundo puede hacer. Los que tienen dinero, no suelen tener tiempo y los que tienen tiempo, no suelen tener dinero. Por lo que no es de extrañar que administraciones de lotería como Loterías La Piedad, vendan décimos de lotería continuamente. 

Aunque nada tiene que ver la lotería con los niños, ni siquiera esa tradicional Lotería del Niño que sirve para indicarnos que las fiestas navideñas, finalizan. Curiosamente, en nuestro país, son dos los sorteos que enmarcan fechas tan señaladas: la Lotería de Navidad que da inicio a las fiestas y la del Niño que las cierra. Es posible que este dato curioso, tenga tras de sí toda la intención. Sin embargo, a donde queremos llegar no es a la intención de los juegos de azar si no a porque el día seis de enero, se considera por una inmensa mayoría como el día del niño cuando, verdaderamente, el día mundial de la infancia es otro.  

Pensar que el seis de enero es el día del niño es algo que se nos da muy bien cuando para nada es así. Basta con tener en cuenta que en la mayor parte del mundo el día de los Reyes Magos no existe y que, aun así, ese día se celebra otra cosa y los presentes son para todo el mundo. Cuando se concede un día especial para algo en concreto, es para ese algo y no para todo lo demás. Por lo tanto, que el día seis de enero se considere como el día del niño, es una necedad.  

El día de la infancia 

Igual que hay un día del padre y de la madre, debería existir un día del hijo. No es así, pues se considera que el día del niño es lo mismo. La fecha señalada no es otra que el veinte de noviembre, se celebra desde el año mil novecientos veinticinco y se trata de una fecha con tintes muy importantes que, se celebrar a nivel internacional Cabe señalar que no siempre fue así y, años atrás, cada país conmemoraba el día del niño en una fecha diferente.  

Hay que recordar que la fundadora de Save de Children, tuvo un papel más que relevante en todo lo relacionado con este día, pues fue la creadora de la Declaración de los Derechos del Niño de la que, más tarde surgiría la Convención de los Derechos del Niño, el tratado de la defensa de los derechos humanos más ratificado del planeta.  

No fue hasta el año mil novecientos cincuenta y nueve que se aprobó la Declaración de los Derechos del Niño, exactamente en el día veinte de noviembre, momento en el que se firmó en la Convención de los Derechos del Niño, la Declaración de Derechos. Por lo que esa fecha, se trata de un día para celebrar y cuyo objetivo real, no es otro que sensibilizar a la sociedad sobre la importancia que tienen tanto los niños como las niñas para la sociedad. Poner a los más pequeños en el centro y luchar en contra de la vulneración de sus derechos, es algo que se tiene que hacer, para lograr combatir la desigualdad, entre otras cuestiones.  

Los niños, algo que todos hemos sido, merecen contar con sus derechos propios. Aunque no debiera tenerse que llegar al extremo de tener que crear una Declaración de Derechos, lo cierto es que es necesario para protegerlos. Siendo los derechos de los niños un conjunto de normas que describen todo lo que necesitan los niños y niñas para tener un buen y adecuado desarrollo y ser felices que, es en primera instancia el objetivo y la tarea de los pequeños: crecer en un entorno saludable que permita su desarrollo y ser felices. Todos los niños, niñas y adolescentes, tiene el derecho a disfrutar se los mismos, con independencia de su lugar de origen o residencia.  

La Convención sobre los Derechos del Niño, se proclamó y adoptó, por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas el veinte de noviembre de mil novecientos ochenta y nueve. En dicha convención, quedaron establecidos los derechos básicos de todos los niños y niñas, así como las obligaciones que tienen los Estados, los poderes públicos, los padres y madres y la sociedad en su conjunto para que se garantice el respecto a los citados derechos.  

Fue la fundadora de Save the Children, Englantyne Jebb, la persona capaz de hacer ver al mundo que tanto los niños como las niñas, tienen sus propios derechos. En mil novecientos veinticuatro, asistió a la convención de la Sociedad de Naciones en Ginebra, donde presento su Declaración de Derechos del Niño a todos los asistentes que, no eran otros que los lideres mundiales del momento. Un año después, el texto fue adoptado por la ONU que, tardó treinta y cinco años en elaborar una nueva declaración. Ambos textos, representan la base fundamental sobre la que se rige la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada en el año mil novecientos ochenta y nueve.  

Es por esta razón que hay que poner valor en el Día Internacional del Niño que nos permite recordar que niños y niñas, tienen una serie de derechos inviolables por el mero hecho de ser niños. A través de este Día tan señalado se exige un respeto hacia esos derechos, tantas veces violados y ultrajados. 

El acuerdo de estos derechos, ha sido el acuerdo de derechos humanos más ratificado de la historia, contando con ciento noventa y cinco Estados firmantes, entre los cuales, se encuentra nuestro país. Sin embargo, aun siendo así, todavía presenciamos a diario como millones de niños y niñas, viven en situación de pobreza, violencia y sienten como sus derechos se vulneran de forma sistemática. No solo hay que mirar hacia fuera de nuestras fronteras, puesto que en nuestra tierra, existen miles de niños cuyos derechos no se cumplen. Esta situación, a todas luces imperdonable, debe ser cambiada para que todos los niños, vivan en igualdad de condiciones.  

Derechos violados 

No hace falta buscar mucho, sabemos de sobra que los niños ven vulnerados sus derechos de manera constante. Esa violación de derechos, resulta tan evidente que a veces nos pasa desapercibida, tenemos asimilado que esto es así y actuamos, tarde y mal. Los niños deben estar protegidos, en primer lugar, por sus padres. Sin embargo, cuando se vulneran los derechos de los más pequeños, evidentemente es porque existe un adulto detrás. Extraña paradoja que se da de forma continua, pues los abusos, los comete, quien los comete. Si fuera cosa de niños entre niños, se llamaría de otra forma y no tendría mayor repercusión, salvo casos concretos en lo que el abusador o abusadora, tiene mayor edad que el abusado.  

Podemos decir que España, formando parte de la ratificación de la Convención, un año después de su aprobación, sigue teniendo sus asignaturas pendientes: una de cada dos personas de las que sufren abuso sexual es menor, más de un veinticinco por cien de los menores han sufrido algún tipo de maltrato y un setenta por cien de los jóvenes, ha sufrido violencia online durante su infancia.  

Sin obviar el estigma y la criminalización sufrida por los niños y adolescentes migrantes que, aunque se nos olvide, son menores que huyen de situaciones de violencia y pobreza. Independientemente de su procedencia, se debe garantizar el cumplimiento de sus derechos y concienciar a la sociedad, los representantes políticos y los medios para no criminalizar. 

Si miramos al resto del mundo, los datos son menos alentadores. Las violaciones de derechos humanos hacia los niños, en especial las niñas, son continuos: niñas forzadas a casarse antes de cumplir los dieciocho años, riesgo de mutilación genital… Mas de cuatrocientos veinte millones de niños y niñas viviendo en zonas de conflicto en los que mueren en mayor número que los soldados, etc.  

Por no entrar en demasiada polémica, retomamos el titular: el niño y la lotería que, aunque se trata de un titular equivoco en función del contenido real del post, es todo un gancho para el lector. Solo nos queda decir que los niños pueden ser la lotería que nos haga sonreír, nos den felicidad y nos alegren la vida. De hecho, esa es su misión en la vida, hacer felices a sus papas y ser felices ellos mismos. Si entendemos eso, si olvidamos todo lo que la sociedad nos mete en la cabeza y nos centramos en como nos aportan felicidad sin más, está claro que, el niño y la lotería, pueden ser la misma cosa: un premio.  

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