Molestias o infecciones más comunes en los pies y cómo tratarlas.

Nuestros pies son una de las partes más importantes de nuestro cuerpo, auténticas obras maestras de ingeniería biomecánica que nos permiten estar de pie, andar o correr. Por ello, es que debemos de tenerlos cuidados y estar pendientes ante cualquier dolencia o irregularidad que notemos si no queremos sufrir inconveniencias mayores en el futuro:

Ampollas.

Qué son:

  • Las ampollas son bolsas llenas de líquido que se forman en la capa superior de la piel, generalmente como resultado de la fricción repetida, el roce o la quemadura. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero son más comunes en los pies debido al uso de calzado ajustado, especialmente durante actividades físicas intensas como correr o caminar largas distancias. El líquido dentro de una ampolla suele ser un suero claro, aunque también puede ser sanguinolento si la ampolla se ha formado como resultado de una fricción extrema. Las ampollas pueden causar dolor, molestias e incluso dificultad para caminar si se encuentran en áreas de presión.

Cómo tratarlas:

  • Limpieza: lava tus pies y el área alrededor de la ampolla con agua y jabón suave para evitar infecciones.
  • Evita reventarla: aunque la tentación de reventar una ampolla puede ser fuerte, es importante resistir, ya que la piel intacta sobre la ampolla actúa como una barrera natural contra las infecciones. Si la ampolla es grande o dolorosa, puedes considerar pincharla bajo condiciones estériles para drenar el líquido, pero deja la piel intacta siempre que sea posible.
  • Protección: si la ampolla está en un área que está constantemente en contacto con fricción, protege la ampolla con un apósito especial para ampollas. Esto ayudará a evitar que se rompa y se infecte mientras se cura.
  • Descanso y tiempo de curación: dale tiempo a la ampolla para que se cure naturalmente. Evita actividades que puedan irritarla o empeorarla, y deja que la piel sane por sí misma.

Callos.

Qué son:

  • Los callos son áreas de piel engrosada y endurecida que se forman como respuesta a la presión o fricción repetida en una determinada área de la piel. Generalmente se desarrollan en zonas donde los huesos están cerca de la piel, como los dedos y las plantas de los pies. Los callos pueden ser dolorosos, especialmente si están ubicados sobre partes sensibles o si se vuelven lo suficientemente grandes como para ejercer presión sobre los tejidos circundantes.

Cómo tratarlos:

  • Remojo en agua tibia: remoja tus pies en agua tibia durante unos 10-15 minutos para ablandar la piel y los callos.
  • Exfoliación suave: después del remojo, usa una piedra pómez o una lima para frotar suavemente el callo y eliminar la piel muerta. Hazlo con cuidado para no causar daño en la piel sana circundante.
  • Hidratación: aplica una crema hidratante o aceite para piel después de exfoliar los callos. Esto ayuda a mantener la piel suave y prevenir la formación adicional de callos.
  • Protección: si el callo es doloroso o está ubicado en un área propensa a la fricción, puedes protegerlo con un apósito o un protector de callos disponible en la farmacia. Esto ayudará a reducir la presión sobre el callo y permitirá que sane más rápido.
  • Uso de calzado adecuado: usa calzado que te quede bien y que no cause fricción ni presión adicional sobre tus pies. Evita los zapatos demasiado ajustados o con tacones altos que puedan empeorarlos.

Hongos en las uñas (onicomicosis).

Qué son:

  • Los hongos en las uñas, también conocidos como onicomicosis, son infecciones fúngicas que afectan a las uñas de los pies o, en algunos casos, de las manos. Estas infecciones, como bien saben los profesionales de ICOA, suelen comenzar en el borde libre de la uña y luego se extienden hacia el lecho ungueal, causando decoloración, engrosamiento, fragilidad y deformación de las uñas afectadas. Pueden ser causados por diversos tipos de hongos, incluyendo especies de Candida y dermatofitos. Factores como la exposición a ambientes húmedos, el uso de calzado cerrado, la mala circulación sanguínea o un sistema inmunitario debilitado pueden aumentar el riesgo de desarrollar esta infección.

Cómo tratarlos:

  • Antifúngicos tópicos: los esmaltes, cremas o lociones antifúngicas pueden aplicarse directamente sobre las uñas afectadas. Es importante seguir las instrucciones del producto y aplicarlo regularmente durante varias semanas o meses.
  • Antifúngicos orales: en casos más severos o resistentes, el médico puede recetar antifúngicos orales, que actúan desde el interior del cuerpo para combatir la infección. Estos medicamentos suelen ser más efectivos, pero también pueden tener efectos secundarios y requerir supervisión médica.
  • Remedios caseros: algunas personas encuentran alivio con remedios caseros como el aceite de árbol de té, el vinagre de manzana o el aceite de coco, que se aplican directamente sobre las uñas afectadas. Sin embargo, la evidencia científica sobre la efectividad de estos remedios es limitada.
  • Medidas preventivas: para prevenir la propagación de los hongos y reducir el riesgo de reinfección, es importante mantener las uñas cortas y limpias, evitar el uso de calzado ajustado y húmedo, usar sandalias en lugares públicos como piscinas o vestuarios, y mantener los pies secos y ventilados.

Pie de atleta (tinea pedis).

Qué es:

  • El pie de atleta, también conocido como tinea pedis, es una infección fúngica común que afecta la piel de los pies, especialmente entre los dedos y en las plantas de los pies. Esta infección es causada por hongos, generalmente del género Trichophyton, que prosperan en ambientes cálidos y húmedos, como los zapatos y los vestuarios. Los síntomas del pie de atleta pueden variar, pero generalmente incluyen picazón intensa en los pies, especialmente entre los dedos, enrojecimiento y descamación de la piel, formación de ampollas o fisuras y piel agrietada y dolorosa.

Cómo tratarlo:

  • Mantén los pies limpios y secos: lava tus pies regularmente con agua y jabón suave y sécalos completamente, especialmente entre los dedos, después de bañarte o practicar ejercicio.
  • Aplica antifúngicos tópicos: usa cremas, lociones o polvos antifúngicos disponibles en farmacias para aplicar sobre la piel afectada. Sigue las instrucciones del producto y aplica el tratamiento regularmente durante el tiempo recomendado, incluso después de que los síntomas desaparezcan, para asegurarte de eliminar completamente la infección.
  • Evita la humedad: usa calcetines limpios de algodón y cámbialos regularmente, especialmente si tus pies tienden a sudar mucho. También es importante usar calzado transpirable y evitar usar zapatos húmedos o mojados durante períodos prolongados.
  • Evita compartir artículos personales: no compartas toallas, calcetines, zapatos u otros artículos personales con otras personas para reducir el riesgo de contagio o reinfección.

Verrugas plantares.

Qué son:

  • Las verrugas plantares son crecimientos cutáneos causados por el virus del papiloma humano (VPH) que generalmente aparecen en la planta del pie, en áreas de presión como el talón o la parte anterior del pie. Estas verrugas suelen tener una apariencia rugosa y pueden causar molestias al caminar, especialmente si están ubicadas en áreas de presión.

Cómo tratarlas:

  • Observación y espera: en muchos casos, las verrugas plantares desaparecen por sí solas sin necesidad de tratamiento. Sin embargo, esto puede llevar meses o incluso años, y las verrugas pueden ser dolorosas o seguir propagándose mientras tanto.
  • Medicamentos de venta libre: hay productos de venta libre disponibles en farmacias que contienen ácido salicílico, que puede ayudar a eliminar las verrugas gradualmente. Estos productos generalmente vienen en forma de parches, soluciones líquidas o geles, y se aplican directamente sobre la verruga según las instrucciones del producto.
  • Crioterapia: en la crioterapia, se utiliza nitrógeno líquido para congelar la verruga, lo que provoca su destrucción. Este procedimiento se puede realizar en el consultorio del médico y puede requerir varias sesiones para ser efectivo.
  • Tratamientos con láser: en casos más resistentes, se pueden utilizar tratamientos con láser para destruir la verruga y estimular el sistema inmunológico para que responda. Este procedimiento se realiza en el consultorio del médico y puede ser más eficaz en verrugas persistentes.
  • Cirugía: en casos graves o resistentes, el médico puede optar por extirpar la verruga quirúrgicamente. Este procedimiento se realiza bajo anestesia local y generalmente se reserva para verrugas que no responden a otros tratamientos.

Uñas encarnadas.

Qué son:

  • Las uñas encarnadas ocurren cuando el borde de una uña penetra en la piel circundante, causando dolor, enrojecimiento e inflamación. Esta condición puede ocurrir en cualquier uña, pero es más común en las uñas de los dedos gordos de los pies. Las uñas encarnadas pueden ser causadas por varios factores, incluyendo el corte inadecuado de las uñas, el uso de calzado ajustado o puntiagudo, lesiones en las uñas o la forma natural que tienen.

Cómo tratarlas:

  • Remojo en agua tibia: remoja el pie afectado en agua tibia durante unos 15-20 minutos para ablandar la piel y la uña encarnada.
  • Corte adecuado de la uña: corta la uña de forma recta en lugar de redondearla en los bordes. Esto ayudará a prevenir que la uña crezca hacia adentro y se vuelva a encarnar. Si la uña está muy encarnada, es posible que necesites recortarla en una forma ligeramente en «V» en lugar de recta.
  • Limpieza y desinfección: después del remojo, limpia suavemente alrededor de la uña encarnada con una solución de agua tibia y jabón o un antiséptico suave para prevenir infecciones.
  • Aplicación de ungüentos: aplica ungüentos o cremas antibióticas en la uña encarnada y el área circundante para ayudar a prevenir infecciones y reducir la inflamación. Sigue las instrucciones del producto y aplica el tratamiento regularmente.
  • Uso de apósitos: si la uña encarnada está infectada o dolorosa, puedes usar apósitos especiales para uñas encarnadas disponibles en farmacias para ayudar a levantar suavemente el borde de la uña y aliviar la presión sobre la piel.
  • Evita el calzado ajustado: usa zapatos que proporcionen suficiente espacio para tus dedos y evita el uso de calzado ajustado o puntiagudo que pueda ejercer presión sobre las uñas.

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