Cambio Climático: la pescadilla que se muerde la cola

El cambio climático preocupa al 70% de la población actual en los países desarrollados, sin embargo, hay muchos grados de preocupación. Algunos se preocupan por el medioambiente y los recursos naturales del planeta, otros por el calentamiento global y las temperaturas en ciertas áreas, otros por el calor que puedan pasar ellos, por el gasto de la luz, por las lluvias torrenciales y otros, directamente, no se preocupan por nada y pasan del problema. Pero… ¿sabéis qué preocupa a las embarazadas? Cómo afectará todo esto a sus hijos.

Son muchas las embarazadas y  mujeres que acaban de dar a luz las que, tras este verano de calor agotador, han decidido instalar aire acondicionado en sus hogares. Cuando les preguntas si lo hacen porque este año ha sido peor que el anterior te contestan que sí, pero sólo en parte. Muchas de ellas han vivido sin aire acondicionado toda su vida y podrían seguir haciéndolo, pero no quieren hacer pasar a sus pequeños por el mismo calvario por el que han pasado ellas. “¿Y si les da un golpe de calor?” se preguntan, y no sin razón pues los niños y los ancianos son los más vulnerables. Además, debemos tener en cuenta que los expertos hablan de subidas de temperaturas anuales, no de bajadas.

Ante esta situación, empresas especializadas como García Guirado se están viendo desbordadas en pedidos esos meses porque, como todo el mundo sabe, septiembre y octubre son los meses más baratos para instalar el aire acondicionado o la climatización, pues a partir de noviembre vuelven a subir los precios de cara al uso de la calefacción para el invierno. “Ahora los precios de los aparatos bajan ligeramente y por eso estos meses son clave para la economía de la empresa”, reconoce el directivo de García Guirado. Además, afirma, que cada vez son más los clientes que buscan una instalación ecológica o lo menos contaminante posible, al menos en su empresa, que son una de las pocas en España que velan por el medioambiente.

Los países más afectados

Según los expertos habrá países que se vean más afectados que otros en lo que a cambio climático se refiere y, para realizar esa clasificación de los más y menos afectados, se tienen en cuenta aspectos como la calidad de las infraestructuras, la capacidad tecnológica, la estabilidad política y las medidas de prevención.

Así pues, aunque los países occidentales son los que más C02 expulsan, son también los que más posibilidades de subsistencia tienen frente al envite medioambiental. Como siempre, pagan justos por pecadores y son los más desfavorecidos los que se llevan la peor parte. De este modo, Asia y África son las zonas más vulnerables, pero ¿sabéis quien les sigue de cerca? España.

Aunque estamos en una posición privilegiada si la comparamos con el cómputo global, somos el final de la cola en Europa, junto con Rusia, Hungría, Italia, Bélgica y Turquía. Para contrarrestar esto, el Gobierno de Baleares ha anunciado que espera llegar a un nivel de emisiones cero para el año 2050 gracias a un modelo de movilidad basado en el vehículo eléctrico y en las energías renovables.

Así, en el ranking global, los tres países mejor parados serán Dinamarca, Nueva Zelanda y Noruega. España ocupa el puesto 21 y los que saldrán peor parados serán Eritrea, Chad y la República Centroafricana.

Pero esto es la pescadilla que se muerde la cola. Como madre comprendo perfectamente a aquellos padres que deciden instalar aire acondicionado en casa para prevenir estas olas de calor pero ¿sabéis cuánto se disparará el consumo eléctrico en España por dichos aparatos en verano? Un 6%.

Algunos pensarán que eso no es mucho pero a nivel nacional os puedo asegurar que es una  burrada y… ¿sabéis qué pasa si gastamos tanto en tan poco tiempo? Que hay más emisiones contaminantes que provocan que el Cambio Climático aún se acelere más, y así empezamos el ciclo de nuevo, una y otra vez. Y eso es sólo en España, pensad a nivel mundial o en países mucho más grandes como Rusia, Estados Unidos o Australia.

“El aumento de la demanda de aire acondicionado forzará las redes eléctricas cuando haga calor y las infraestructuras de generación y transmisión ya están bajo presión”, alerta la física alemana Leonie Wenz.

La mayor intensidad de las horas punta obligará a activar las centrales eléctricas que más CO2 emiten y así no acabaremos nunca con el problema, a no ser que apaguemos de golpe esa energía y todos y cada uno de los ciudadanos del mundo se pase a las renovables, algo poco probable.

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