Sólo diré una cosa: mirad este precioso compresor de pistón insonorizado. Y vosotros diréis ¿a qué viene esto? Pues para mí tiene muchísimo sentido, os lo puedo asegurar, y si seguís leyendo entenderéis mi cabreo.
Cuando tu bebé está durmiendo es como si se hiciera la magia en casa porque puedes hacer de todo. Puedes hacer tareas que antes no habías podido hacer, puedes estudiar e incluso puedes echarte a dormir la siesta o ver la televisión un rato así que el hecho de que alguien estropee eso puede ponerte de muy mala leche y a mí me pasa casi a diario gracias a la obra que tengo al lado. Siempre, a la misma hora, empieza a sonar un ruido infernal que no sólo despierta a mi bebé sino que a mí me provoca un mini-infarto.
Pues bien. Ayer, harta de todo porque ya no lo soportaba más, bajé en bata (sí, sí, en bata, que sólo me faltaban los rulos para ser una maruja total) y me encaré con los trabajadores de la obra buscando al encargado o alguien que quisiera hablar conmigo. Resulta que el causante de mis dolores es un compresor de pistón de año del catapún que hace más ruido que mi marido dando martillazos contra la pared cuando quiere clavar algo y no atina.
Soy consciente de que la culpa no es de los trabajadores y si me apuras no es ni de la empresa porque si el Gobierno le permite trabajar con esos niveles de ruido ellos sólo están acogiéndose a lo que es legal. Se disculparon conmigo, mil veces, y no pudieron hacer nada más.
Esta mañana, tras el consiguiente mini-infarto matutino, me he puesto como loca a buscar qué era eso de un comprensor de pistón y si era normal que hiciera tanto ruido y ¿sabéis lo que he tardado en encontrar uno insonorizado? Cinco minutos. Cinco únicos minutos que podrían utilizar todas las constructoras para aliviarnos un poco a los demás el dolor de cabeza, y encima, por lo que he podido averiguar, la marca en cuestión que os he pasado es de lo mejorcito que hay a nivel mundial así que soy una crack de las búsquedas.
He dejado ahí el enlace, bien arriba y que se vea bien, por si alguien lo necesita, por si algún alma caritativa que se dedique a esto tiene compasión por las pobres madres, y no madres, que vivan alrededor de la obra que están construyendo y se decida a comprar herramientas insonorizadas porque, os puedo asegurar, que si lo hacéis os vais a convertir en los héroes del barrio.
De todos modos y sólo a modo de curiosidad, os pasó aquí un artículo sobre los niveles de contaminación sonora de nuestro país, porque tienen tela. Resulta que España es el segundo país con mayor contaminación acústica del mundo (después de Japón). Y luego se quejan de las tracas y las mascletàs de Valencia y Alicante ¡Pero si eso es agua bendita en comparación con el ruido que soportamos diariamente! Que dejen tranquilos a los festeros y hagan algo con lo que de verdad importa ¿o no?