El proceso educativo puede ser comparado con un mecanismo relojero, en cual, para que el reloj funcione bien, todas las piezas y engranajes, deben estar en buen estado y encajar a la perfección; de lo contrario, puede que cumpla con su función de darnos la hora, pero corremos el riesgo de que sin avisar, el mecanismo se detenga y no podamos hacer nada más.
En la educación, el trabajo es compartido entre la familia y la escuela, y ambas tienen el mismo peso en lo que respecta al proceso educativo. De nada sirve tener un docente maravilloso, con vocación de servicio, preparado, atento y dedicado a su labor, si el estudiante en casa no cuenta con el apoyo necesario para cumplir con los objetivos.
La pandemia provocada por el Covid-19, sacudió hasta los cimientos las estructuras del mundo entero, y la educación también se vio afectada por todo lo que está ocurriendo.
Nos encontramos ante una situación sin precedentes, sin la certeza de cómo enfocar el proceso educativo ante una contingencia como esta. Y es que a lo largo de las 10 semanas de confinamiento que hemos vivido en España, y que han implicado el cierre absoluto de instituciones educativas en todos los niveles, hemos tenido que adaptarnos a una nueva forma de aprender totalmente nueva y llena de incertidumbres.
Los ambientes educativos formales cumplen con una serie de características físicas que potencian el aprendizaje en los estudiantes, y que se adaptan a las necesidades propias del nivel en el que se encuentren. Por ejemplo, un aula de clases de bachillerato es distinta a un aula de clases de 3ero de primaria, porque las necesidades de cada grupo de estudiantes son diferentes y requieren de actividades, recursos y contenidos completamente diferentes.
Sin embargo, motivado al confinamiento, nos hemos visto en la necesidad de adaptarnos al trabajo escolar en casa, y con esto no nos referimos al hacer los deberes después de la escuela, sino a convertirnos en un anexo de la escuela y de convertir la casa en un aula pequeña. Y es que, al no poder asistir al colegio por seguridad y por prevención, la escuela tuvo que mudarse a casa.
Si antes nuestros hijos estaban en un aula cómoda, espaciosa, rodeada de recursos para su aprendizaje, colorida, amena, con sus docentes y compañeros, ahora están en casa, utilizando la mesa del comedor como escritorio, en un ambiente distractor y del que no puede salir.
Considerando todo esto, es importante que sepamos algunas cosas con respecto a la educación en casa. Para ello, los especialistas en educación online y presencial de IVI Global Education, compartirán con nosotros cierta información que nos permitirá adaptarnos mejor al trabajo educativo en casa:
Aprender en casa
Es importante entender que el proceso de aprendizaje a distancia es diferente al presencial, sobre todo en una situación como la actual, en la que nos vimos en la necesidad de tomar medidas inmediatas sin saber muy bien qué era lo que estábamos haciendo. En este caso, algunos aspectos a considerar son:
- No todo el mundo tiene las mismas posibilidades
Esto aplica tanto para docentes como para estudiantes. En un mundo ideal todos tendríamos buenos equipos electrónicos y una conexión a Internet que nos permitirá atender a las clases y cumplir con todo lo solicitado. Pero en muchos de los casos, esa no es la realidad.
La brecha tecnológica es real y afecta a miles de personas, para unas familias es normal que cada miembro tenga sus dispositivos electrónicos, ordenadores, tabletas, móviles. Otras familias deben compartir un solo ordenador entre todos los miembros, mientras que otras familias no dispone de ningún ordenador. Por lo mismo, tanto docentes como familias deben buscar las formas de llevar a cabo las actividades en la medida de las posibilidades.
Esto quiere decir que no debemos enfocarnos solamente en lo digital, sino que debemos buscar otras herramientas para poder llevar a cabo las asignaciones. Si no podemos hacer o entregar todo en formato digital, asegurémonos de cumplir con las actividades manualmente y de enviar mediante los móviles las asignaciones. Siempre debemos buscar la alternativa para no interrumpir el proceso educativo.
- Paciencia y compresión
Si para nosotros los adultos esto es una situación difícil de entender, intentemos comprender a los más pequeños. Si bien es cierto que pueden conocer la teoría de lo que está ocurriendo, también es cierto que para ellos es complicado colocar en su esquema mental que ahora los adultos de la casa, serán los que hagan el papel de maestros.
No podemos pretender que los niños se adapten al cambio de buenas a primeras, como tampoco podemos pretender ser perfectos y encontrar las estrategias de forma inmediata, para poder cumplir con el rol del docente, durante el tiempo que dure esta situación. Debemos aceptar que nos equivocamos y que tendremos que aprender sobre la marcha, esto no se trata sólo de educar a los niños, sino de aprender juntos hasta encontrar la forma en la que trabajemos mejor.
- Mantente en contacto con los docentes
El docente será el encargado de guiarnos en el proceso tanto a nivel de contenido, como en lo que se refiere a las actividades. Recuerda que el docente está cumpliendo con su trabajo, aunque tú no lo veas, pues hace la selección de los temas, los adapta a la situación actual, realiza la planificación de clases y actividades, revisa y corrige todo lo que recibe del estudiante y realiza instrumentos de evaluación que le permitan evaluar las competencias adquiridas en una situación tan inusual como esta y otra serie de actividades con las que debe cumplir, para que tú puedas sentarte con tu niño a trabajar en casa.
Lleguen a un acuerdo para la comunicación entre padres y docentes, respeten los horarios de atención y siempre mantengan el respeto unos a otros. Piense que el docente está en la misma posición que usted, que está haciendo teletrabajo, que también debe atender cosas del hogar así como lo hace usted, con la diferencia que usted sólo atiende a los miembros de su familia, el docente debe cumplir con sus responsabilidades en el hogar, y además atender a los estudiantes y padres de su clase.
- Cumplir con las actividades sin aprender, no es cumplir con las actividades
Es importante comprender que el proceso educativo y la evaluación educativa no se compone únicamente de resultados, sino que se toma en cuenta todo el camino recorrido para la obtención de una competencia, lo que significa que el proceso y la asimilación del contenido, debe pesar más que el resultado final. Tomemos el tiempo necesario para ayudar al niño a comprender lo trabajado para que el aprendizaje sea significativo.
Asegurarnos de que se logró el objetivo de aprender, no debe ser en un examen o en una evaluación especial, podemos saberlo haciendo las preguntas correctas durante la merienda, o desayunando. Lo importante es que busquemos el aprendizaje verdadero.
Conversar con el docente constantemente sobre los avances de los niños, es primordial no solamente para que el maestro tenga cómo evaluar las actividades, sino para pedirle apoyo en los temas que nos cuesten, de forma que lo que vayamos a transmitirle al niño, sea lo correcto.
- Utiliza todo el material del que dispongas
No te pongas límites a la hora de experimentar con diferentes materiales, si descubres que tu hijo aprende más y mejor mediante canciones, entonces canta con él. Si descubres que realiza muy bien las operaciones matemáticas desde la tablet, entonces practica las tareas de matemáticas con este recurso; o si le gustan los mapas mentales, trabaja el contenido de esa manera.
Utiliza todo lo que puedas utilizar y permítete conocer los gustos de tu hijo durante todo este tiempo. Comparte tus experiencias en el colegio, juega y diviértete con él. Tienes todo un abanico de actividades a realizar por descubrir, que no solamente servirán de apoyo en el proceso educativo del niño, sino que te permitirá crear muchos más lazos emocionales con él. Disfruta del proceso, la educación en casa es un trabajo en equipo.
Existen múltiples recursos gratuitos que pueden ayudarte con el proceso educativo en casa, investiga, pruébalos y ve si funcionan para tu niño. No te limites, experimenta.
La educación en casa en tiempos de pandemia, es compleja y nadie tiene la receta en la mano que garantice el éxito. Nadie se esperaba una pandemia y por eso, no podíamos estar preparados para algo como esto; sin embargo, día a día aprendemos más y superamos obstáculos que no sabíamos que podíamos.
Aprovechemos este tiempo para crear lazos y redes de apoyo entre padres, para aumentar los lazos emocionales con nuestros hijos, busquemos todas las herramientas que tengamos a nuestra disposición para ayudarnos entre todos y conseguir que los niños pasen por esta experiencia quedándose con lo positivo, con el aprendizaje para la vida, sin dejar de lado lo académico, pues ambos procesos educativos van de la mano y necesitan de la figura de la escuela y de la figura de la familia para desarrollarse sanamente.