Cambios en el hogar de cara a la llegada del bebé

Con la llegada de un nuevo miembro a la familia nos empezamos a plantear la utilidad de las diferentes estancias de la casa pensando en cómo adaptarlas al bebé. Normalmente lo más complicado son el baño y la cocina porque la habitación del pequeño se suele arreglar con una cuna y un cambiador. Luego podemos añadir un montón de pijadas pero, realmente, no son necesarias.

Cuando pensamos en el baño puede que empiecen a entrarnos escalofríos pensando en la infinidad de recomendaciones que hacen los libros de puericultura o los artículos de revistas especializadas: que si calefacción para evitar el enfriamiento del pequeño, que si bañera para poder bañarlo mejor o, en su lugar, una bañera de bebés que se acople a la ducha, que si cambiador para poder cambiarlo allí y que no se resfríe al sacarlo del aseo, etc.

Sin embargo, yo os puedo asegurar que todo eso es subsanable. Para empezar, todos tenemos algún tipo de calefacción en el aseo, ya sea un radiador, una estufa de gas o calefacción central y al niño se le pude bañar perfectamente en una mini-bañera de plástico de 15 euros. Obviamente “cuanto más azúcar más dulce” y el número de reformas o de artilugios que compremos para mayor comodidad dependerá del presupuesto familiar, pero ya os adelanto que el tema del baño, por mucho miedo que dé, no es para tanto.

El presupuesto se va en la cocina

Ahora bien, donde sí que metería yo el dinero es en la cocina. Cuando tuve a mi primer hijo aguanté con la cocina que tenía y fue toda una odisea, tanto por el espacio que necesitaba para poner los nuevos electrodomésticos (calienta biberones, esterilizador de chupetes y tetinas, el robot de cocina para bebés, la batidora, el sacaleches, la olla a vapor, etc.) como por lo desfasados que estaban de por sí todos los muebles. Con la llegada de la pequeña lo tenía muy claro y pedí presupuesto a una empresa especializada para renovar toda la estancia. Cambié todos los muebles y puse unos nuevos hasta el techo que tenían el doble de almacenaje que los viejos, puse encimera nueva, cocina y hornos nuevos que me facilitaron muchísimo el trabajo, y lo mejor que pude hacer también fue poner una pequeña isla en el centro de la cocina para poder trabajar bien con todos los electrodomésticos que necesitaba para hacer las papillas de la niña.

Yo, que ya he pasado dos veces por el proceso, siempre aconsejo a las madres primerizas que ahorren el dinero para la cocina. El baño siempre tiene solución y la habitación del bebé se arregla con cuatro duros y algunas cosas prestadas pero la cocina es algo que, a no ser que la tengas nueva, o la reformas o es un engorro importante. Las cocinas a medida suelen ser la mejor opción pero también sé de conocidos que han optado por los muebles modulares que han conseguido tener unas cocinas preciosas y mucho más económicas así que imagino que todo dependerá de los metros que tengas en la cocina y de la forma en la que quieras disponerlos para ver si encajan los modulares o no.

Y, sobre todo, pensad que necesitáis mucho almacenaje y mucha encimera, tanto para guardar electrodomésticos como para poder usarlos.

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