Un cambio de vida en toda regla por la llegada del nuevo bebé

Tener un hijo cambia absolutamente todo en la vida de los padres, especialmente si ambos son primerizos. Para que la nueva criatura esté perfectamente cuidada y atendida es justamente eso lo que se necesita, que cambien algunas de las cosas que caracterizaban nuestra vida con anterioridad y se vea aumentado el grado de responsabilidad que los padres sienten como propio.

Veamos, a continuación, cuáles son esas cuestiones:

  • En primer lugar, ha de hacerse una mención especial a los hábitos: se acabaron los tiempos en los que uno podía retrasar cualquier horario (desayuno, limpieza…). Tener un hijo o hija exige que adquiramos la costumbre de mantener una regularidad en este aspecto para darle estabilidad al día a día del bebé.
  • En segunda instancia, cambia el ritmo de vida. Una vez que se ha producido el parto y que tanto el padre como la madre han disfrutado de sus respectivos periodos de baja por paternidad y maternidad, el día exige que estemos continuamente pendientes de las necesidades de la nueva criatura… incluso mientras estamos trabajando. Ya son clásicos aquellos hábitos de escaparse un momento del trabajo para darle el pecho al bebé o cuestiones similares.
  • La ayuda de la familia es, por otro lado, más importante que nunca. Sin los abuelos, tíos o primos sería imposible que el bebé estuviera perfectamente atendido en todo momento, sobre todo mientras dura la jornada laboral de los padres.
  • Finalmente, uno de los cambios más importantes que es necesario llevar a cabo está en casa. Hay que garantizar que un niño o niña pueda vivir en ella durante la etapa en la que va a ser más vulnerable. Por eso es necesario revisar la calefacción, aislar la casa térmicamente y del ruido del exterior y asegurarse de que el espacio con el que se cuenta va a ser suficiente para que al menos tres personas puedan convivir en él sin hacerlo hacinadas.

Casi nada. Ya veis que ser madre o padre no es nada fácil.

Una de las cosas que se ha comentado en el desglose anterior tiene que ver con el aislamiento térmico y acústico de la vivienda. Se trata de uno de los factores más importantes a la hora de adaptar la vivienda a las nuevas necesidades que demanda la familia. Hacerlo es imprescindible para garantizar que el bebé no va a sufrir el estrés de los ruidos de coches o gente, que pueden llegar a ser nocivos para su salud. El aislamiento térmico, por otra parte, será importante sobre todo de cara a los meses de temperaturas extremas.

Aluminios Franco, la llave del mejor aislamiento

Un elemento como la ventana es totalmente necesario para garantizar el aislamiento de una vivienda. De sus características dependen, en buena parte, las posibilidades de las que goza la familia para vivir ajena a todos esos ruidos y grados del exterior. Aluminios Franco es un proveedor excelso de materiales como estos y es por ello por lo que confiar en sus profesionales es una apuesta segura para conseguir ese aislamiento y por tanto ver cumplido el objetivo de asegurar una estancia ideal del bebé en casa.

Los sistemas abatibles que proveen aseguran que nada ni nadie perturbará la vida del bebé ni la de la pareja. Además, su diseño es práctico y original e incluso hay ventanas que se pliegan como un acordeón, una buena prueba de que Aluminios Franco es también una apuesta por la elegancia y el diseño.

Es cierto que es duro ser madre y padre por primera vez. Pero eso no quiere decir que no sea bonito. Las nuevas mamás y papás lo dicen: no hay experiencia semejante. Y es que, a pesar del esfuerzo, es a ellos a quienes se les cae la baba al ver al pequeño o pequeña que han traído al mundo.

En España sigue descendiendo, como ya viene siendo habitual, el número de nacimientos al año. En 2016 fueron un total de 408.384 bebés, menos de los 420.290 que lo hicieron el año anterior. Y probablemente más de los que nazcan este 2017. Ser madre o padre es difícil, pero es una experiencia sin igual.

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