Rehabilitando el techo de mi nueva casa de pueblo

Casa de pueblo

Hace unos meses, me metí de lleno en la aventura de buscar una casa barata en la que invertir mi dinero. Como mucha gente, tenía la ilusión de encontrar esa vivienda con encanto que, con una buena reforma, pudiera convertirse en un negocio rentable o en un refugio perfecto para desconectar. Todos sabemos que las casas más económicas suelen ser las que necesitan más arreglos, sobre todo en los pueblos, pero también son las que pueden generar mayor rentabilidad si se saben aprovechar bien. Hoy en día, comprar una casa en un pueblo y transformarla en un alojamiento rural es una de las mejores formas de inversión en España.

Después de mucho buscar, decidí centrarme en la Comunidad de Madrid, más concretamente en el pueblo de Villa del Prado. Este municipio, ubicado a unos 60 kilómetros de la capital, se ha vuelto cada vez más atractivo gracias a su entorno natural y a su cercanía con el río Alberche. Además, su precio por metro cuadrado sigue siendo asequible en comparación con otras zonas cercanas. Con un precio medio de 1.055 euros por metro cuadrado, una casa de unos 90 metros cuadrados podía costarme alrededor de 95.000 euros, lo que me pareció una buena oportunidad.

La casa que compré tenía muchas cosas a su favor: buena ubicación, estructura sólida y un tamaño ideal para un proyecto de alojamiento rural. Pero, como era de esperar, también tenía sus problemas. Había humedad en varias zonas, el sistema eléctrico estaba obsoleto y las ventanas necesitaban un cambio urgente. Sin embargo, lo peor de todo estaba en el techo. Las vigas de madera estaban deterioradas, muchas tejas estaban rotas o mal colocadas, y cuando llovía, entraba agua por varias partes de la casa. Sabía que tendría que hacer una reforma, pero no imaginaba lo complicado que podía ser arreglar un tejado de una casa antigua de pueblo.

 

El mayor inconveniente de este tipo de casas

Como era mi primera inversión en una casa antigua, no tenía ni idea de los problemas que pueden traer los tejados de estas viviendas. Pensaba que con cambiar algunas tejas y reforzar un poco la estructura sería suficiente, pero pronto me di cuenta de que estaba completamente equivocado. Por eso, decidí contactar con Cubiertas Estévez, una empresa especializada en la restauración de tejados y cubiertas en Madrid. Desde el primer momento, me dejaron claro que los tejados de las casas antiguas de pueblo no tienen nada que ver con los de las viviendas modernas.

Uno de los principales problemas de estos tejados es que, en su mayoría, están hechos con estructuras de madera y tejas árabes, que con los años sufren filtraciones y desgaste. A diferencia de los tejados urbanos, que suelen estar construidos con hormigón y materiales más resistentes, los de los pueblos requieren un mantenimiento mucho más cuidadoso. Además, restaurarlos no es solo cambiar las tejas; muchas veces hay que reforzar la estructura, revisar las vigas y aplicar tratamientos especiales para evitar que la humedad y las termitas los sigan dañando.

Y claro, todo esto afecta al precio. Mientras que arreglar un tejado en una casa moderna cuesta entre 80 y 100 euros por metro cuadrado, en una casa de pueblo el precio puede dispararse a 150-200 euros por metro cuadrado debido a la mano de obra especializada y a los materiales específicos que se necesitan. En mi caso, la reparación del tejado representó uno de los gastos más grandes de toda la reforma, pero también fue una de las más necesarias. Sin un techo en condiciones, cualquier otra mejora en la casa habría sido en vano.

En cuanto a los materiales más utilizados en este tipo de reformas, se deben usar en la mayoría las tejas árabes que tienen un precio aproximado de 0,80 a 1,50 euros por unidad. También se utilizan vigas de madera tratada, cuyo coste ronda los 30-50 euros por metro lineal, dependiendo del tipo de madera y tratamiento. Para mejorar la impermeabilización, se emplean láminas asfálticas o geotextiles, que pueden costar entre 5 y 15 euros por metro cuadrado. Además, en muchas rehabilitaciones se opta por colocar un aislamiento térmico, como paneles de poliuretano o lana de roca, cuyo precio varía entre 10 y 25 euros por metro cuadrado. Todo esto hace que el presupuesto final pueda variar bastante según la calidad de los materiales y la extensión del tejado a reparar.

 

Comparación de costes entre una casa de pueblo y una de ciudad

Cuando piensas en comprar una casa de pueblo para invertir, el precio de compra suele ser lo primero que llama la atención. Son más baratas que las de ciudad y, en apariencia, parecen una inversión sencilla. Pero hay que mirar más allá. La reforma de una casa antigua puede acabar costando tanto o más que la propia vivienda, y si no se calculan bien los gastos, el negocio puede dejar de ser rentable.

Para que te hagas una idea, rehabilitar una casa en la ciudad suele costar entre 600 y 1.000 euros por metro cuadrado, dependiendo de los materiales y la mano de obra. En cambio, en una casa de pueblo, los costes pueden variar mucho más. En mi caso, entre el tejado, la electricidad, la fontanería y otros arreglos, la reforma terminó costándome unos 800 euros por metro cuadrado. No es poco, pero al final sigue siendo una inversión viable porque el mercado de alojamientos rurales está en auge.

Eso sí, hay que elegir bien dónde comprar. En los últimos años, el turismo rural ha crecido a un ritmo increíble en España. Cada vez más gente busca escapadas a pueblos con encanto y entornos naturales, lo que ha disparado la demanda de alojamientos rurales. Pero también hay muchas personas que se lanzan a comprar casas en lugares donde apenas hay turismo, esperando que la zona se ponga de moda en unos años y dejándose llevar solo por el bajo precio. Y esto es un gran riesgo.

He sido testigo de casos de gente que ha comprado casas en pueblos prácticamente abandonados o en zonas donde no hay servicios ni atractivos turísticos. Creen que con una buena reforma y algo de promoción conseguirán atraer visitantes, pero la realidad es que, sin una demanda estable, la inversión puede tardar décadas en recuperarse, si es que llega a recuperarse. Por eso, antes de lanzarse a comprar una casa en un pueblo, es fundamental hacer un estudio de mercado. Hay que analizar cuántos turistas llegan a la zona, qué tipo de alojamientos hay, qué precios manejan y si realmente hay espacio para un nuevo negocio.

 

Para tenerlo en cuenta

Rehabilitar una casa de pueblo es un proyecto muy interesante y, bien hecho, puede ser una inversión muy rentable. Pero también requiere tiempo, mucho dinero y una planificación cuidadosa. No te conformes con encontrar una casa barata; hay que calcular bien los costes de la reforma, asegurarse de que la zona tiene demanda y, sobre todo, contar con profesionales que sepan hacer bien su trabajo.

En mi caso, la experiencia me enseñó mucho. No solo sobre reformas y tejados, sino también sobre la importancia de elegir bien antes de invertir. Si estás pensando en comprar una casa de pueblo, haz números, investiga el mercado y no subestimes los gastos de la rehabilitación. Con la estrategia adecuada, puede ser una de las mejores decisiones financieras que tomes. Pero si no lo haces con cabeza, puede convertirse en un pozo sin fondo. Como en cualquier inversión, el conocimiento y la planificación son clave.

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