La noticia de un bebé en camino sin duda llena de alegría a padres y allegados, quienes celebran las expectativas de los venideros nueve meses de ansias y muchos preparativos. El cuarto, la elección del color de las paredes, salir a comprar la cuna y la primera ropita para el nuevo miembro de la familia, son todas actividades inolvidables para los nuevos padres.
Pero, mientras la dicha y las compras para el bebé van en aumento, las finanzas van en picada de forma casi directamente proporcional; y es que todo lo que se debe comprar para que el bebé esté sano, cómodo y feliz desde el primer día implica costos algo elevados.
Si es verdad que los familiares y allegados suelen ayudar mucho en este aspecto, la mayor carga recae sobre los hombros de los nuevos felices padres, quienes van convirtiendo su capital en chupones, pañales y peluches.
Por eso, aquí presentamos algunas ideas y consejos útiles para tener todo listo para el gran día y no caer en bancarrota en el intento.
En la habitación del bebé
La decoración de la habitación del bebé, y el llenarla de muebles y elementos prácticos, es de lo que más dinero se lleva. Una cajonera, la cuna, el cambiador, el moisés, la alfombrita, los cuadros a juego, la pintura, el suelo, etc. Es cierto que hace mucha ilusión preparar esa habitación, pero puede llegar a ser un gasto considerable y en realidad la mayoría de cosas son prescindibles.
El mejor modo de ahorrar dinero en este sentido es, o comprar muebles que puedan servir para más adelante, que no sean excesivamente infantiles y que puedan crecer con el niño, pensados para esa transición; o aprovechar cosas que ya tengamos.
Los muebles imprescindibles, como por ejemplo la cuna, pueden ser de segunda mano en caso que nuestro presupuesto no alcance para adquirir una nueva.
En relación a este punto nuestra recomendación es buscar opciones en la red donde puedas conseguir muebles y artículos para bebé de segunda mano o en oferta que sean más amigables con tu bolsillo que las grandes marcas.
Por otro lado, se puede ahorrar en un cambiador utilizando un par de telas de esas que por el otro lado son impermeables y que puedes colocar donde sea que necesites cambiar al bebé.
Otro gasto que la tela puede solucionar es el del mueble para las cosas del bebé. En vez de gastar en uno nuevo, puedes comprar un organizador de tela para colgar donde puedas organizar la ropa del bebé, los pañales, las cremas y demás.
Otro aspecto a tener en cuenta es qué cosas no debe utilizar el bebé. No es una cuestión de ahorro propiamente dicho, porque son cosas que perjudican al niño, pero obviamente, si lo sabes, también estás ahorrando.
Por ejemplo, el colchón de la cuna debe ser duro y plano. Por tanto, que no te engañen intentando venderte un colchón de látex, de fibra de coco o supuestamente anatómico con forma en la base. Son carísimos y no son buenos para el niño.
A la hora de la comida
Evita lo que se conoce como compras optativas. Puedes creer que lo necesitas, pero en verdad es totalmente prescindible. Por ejemplo, el esterilizador de biberones. Son aparatos caros que se puede sustituir por el método tradicional de esterilización: una cacerola con agua.
La trona puede esperar, y de hecho es mejor así: al principio lo ideal es alimentar al bebé igual que lo hacíamos cuando le dábamos leche, en nuestro regazo. Si luego prefieres darle más autonomía, porque la pide, hay tronas como la de IKEA, súperbaratas, o asientos de esos que se sujetan a la misma mesa, que además ocupan poco espacio.
Para saber que cosas son obligatorias y de cuales puedes prescindir, puedes asistir a un Centro de la Preparación para la Maternidad o consultar alguna guía sobre el tema.
Al momento del baño
Para bañar al bebé basta con una bañerita hinchable: no hace falta llenarla de agua, así que cuanto más pequeña menos agua gastaremos.
Además, como ya explicamos, puedes usar un organizador de tela para guardar los artículos de aseo personal, una bolsita de malla para colocar los juguetes y usar el cambiador de tela impermeable.
Los niños han de usar bañera hasta que empiezan a ser un poco más autónomos. Llegados a esa edad podemos pensar en usar la ducha y, de hecho,se recomienda pasar de una bañera a un plato de ducha en caso de no tenerla en casa ya que la bañera tiene mayor probabilidad de causar accidentes que la ducha. Empresas como Bano Spacio pueden realizar este tipo de reforma en 24 horas.
La ropa
Busca a otras mujeres que hayan sido madres, porque te podrán prestar, un montón de ropa. Si no es posible, compra lo imprescindible y no más. No hace falta que tengas un montón de modelitos porque duran semanas. Esa camiseta que le iba grande le irá apretada en unas semanas, y ya no se la podrás poner; y así con todo.
Cuando vayas a comprar, intenta conseguir las prendas básicas en paquetes. Las marcas de ropa infantil y los hipermercados suelen ofrecer estos paquetes de varias prendas de algodón, con diseños y colores diferentes, que salen mucho más económicos que si se compran por separado. Y por supuesto, aprovecha los outlets, sobre todo para las zapatillas, que suelen tener muy buenas ofertas.
También podemos dar un segundo uso a algunas prendas que se han quedado pequeñas o están un poco gastadas: unos vaqueros cortos o con las rodilleras agujereadas se convierten en bermudas; unos leggings largos, son perfectas en verano con una camisa simpática; un vestido puede ser una blusa…
Otra buena idea para ahorrar es hacer una lista para el bebé o una vez que nazca, pedir a los familiares y amigos que quieran tener un detalle con el recién nacido que le compren ropa. De esta manera podemos orientarlos, y al menos nos aseguramos de contar con prendas de todas las tallas y solo las que de verdad necesitamos. Y si no es de nuestro estilo, siempre podemos ponérselas para estar por casa, porque cuando empiece a comer sólidos se va a manchar mucho y necesitarás prendas de recambio.
En cuanto a las zapatillas, cómpralas solo cuando comience a caminar y las necesite. Ajústate a tu presupuesto y ahorra evitando comprar cosas innecesarias.
Incluso, caer en la tentación de comprarle unos zapatos o deportivas de suela rígida, cuando son bebés de semanas, incluso de meses, es un error. Son mejor alternativa los calcetines de diferentes grosores.
A la hora del juego
Los bebés, si tienen la posibilidad y los padres les acompañan, suelen empezar a reptar, a gatear, y finalmente a ponerse de pie. Primero caminan cogidos de los muebles, y luego, cuando ya se ven capaces, andan sueltos. Y todo sin la ayuda de ningún caminador, andador ni elemento de soporte. Así que si tu presupuesto no te alcanza, no hace falta comprarlos.
También, puedes olvidarte de los peluches, que no sirven para jugar y solo acumulan polvo. Mejor compra juguetes o elementos que sean llamativos, hagan ruidos, etc., y puedan lavarse fácilmente, porque llegará un día en el que empezará a chuparlos.
Igual no exageres comprando juguetes, a esa edad los bebé tienden a interesarse más por las cosas de uso cotidiano que pueden encontrar en la casa, como llaves, cajas y otros, más que en los juguetes en sí; ya que están descubriendo el mundo, copiando todas tus acciones y en verdad aún no tienen la edad para entender de juguetes.