El rey del verano

Para cualquier niño “helados” es sinónimo de “verano” y, aunque como madres, queramos que controlen su consumo, la realidad es que no puedes prohibirles un helado en pleno agosto o un polo bien fresquito en la playa. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es darles helados saludables, que los hay. Yo, por ejemplo confío en Smooy, totalmente, pero hay muchas más marcas  que pueden ayudarnos a que nuestros hijos tomen helados sanos este verano.

Para empezar os voy a decir por qué recomiendo Smooy. Se trata, como imagino que ya sabréis, de yogurt helado, algo que ya de por sí es más sano que un helado de chocolate con miles de conservantes y colorantes, pero lo que estoy segura de que no sabéis es de que se fabrica con leche desnatada, es bajo en grasas y fuente de fibra. Luego, con los topping, podemos ser lo golosos o “ligth” que queramos y varias cambiando de sabores: desde chocolate líquido hasta la más rica fruta. Y lo más importante para algunas mamás: es  libre de gluten.

Personalmente intento que si mi hijo se toma un helado, sea de Smooy o de una marca parecida, al menos cuando está conmigo porque soy consciente de que toma otro tipo de helados con sus amiguitos, cuando las mamás de estos le invitan, porque su abuela también le compra de todo y su padre hace exactamente lo mimos y al final, si sumamos todo, lo que le estamos dando al niño es una bomba dulce que puede explotar en su estómago en cualquier momento y provocarle una gastroenteritis o algo peor.

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Otras opciones

Pero es bastante común que no a todos los niños les guste el yogurt helado porque tiene un sabor especial y hay que acostumbrarse a él. Si este es vuestro caso, os recomiendo prestar especial atención a las etiquetas de estos productos.

Para empezar debemos saber que la grasa de un helado cremoso no debería ser superior al 12%, lo ideal es que se encuentre entre el 6 y el 12 en los elaborados con leche de vaca. Fijaros bien en este detalle porque últimamente se vende mucho helado de estilo americano y estos superan, con creces, el 20% de grasa en su composición, lo que es una auténtica barbaridad.

Lo más recomendable es, y siempre será, el helado artesanal. Podemos fabricar polos de hielo en casa con agua y jugo de frutas como sandía, naranjas, fresas y cosas así, pero también podemos fabricas polos de leche con cacao en polvo, que os puedo asegurar que enloquecen a los niños. Hacer helados cremosos es algo más complicado pero no imposible. Hay una receta de helado de chocolate para la que sólo necesitas agua, azúcar glas, chocolate, nata y tres yemas de huevo. Obviamente este último tiene más grasas que los primeros pero siempre será más sano que el que le compramos al niño en el kisoko de la playa o en la heladería de la esquina porque, por regla general, esos helados llevan colorantes y conservantes a punta pala.

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