Mudarse de casa es siempre un estrés pero lo es más aún cuando tu nuevo hogar se encuentra fuera de nuestras fronteras.
Hace pocos meses que estoy viviendo con mi familia en Inglaterra porque encontré un trabajo de técnica informática en Glasgow que no podía dejar escapar y mi marido me apoyó desde el primer momento.
El primer problema lo tuvimos con la mascota de mi hijo. Un pequeño perro al que adora y que no sabíamos cómo llevarnos hasta allí. Leí cientos de noticias sobre animales que morían en el viaje de avión porque la mayoría de los vuelos no están acondicionados para ellos y si le pasaba algo al perro a mi hijo le iba a dar un disgusto de mil demonios, y a nosotros también. Ya es bastante tener que cambiar de país, casa, colegio y amigos como para encima dejarle sin su mejor compañía.
Nos volvimos locos buscando y al final encontramos la respuesta en star-cargo.com, una empresa de transporte especializada en el transporte de mascotas. Fue un milagro encontrarlos porque ya estaba pensando que me tocaba hacer el viaje en coche por el canal de la mancha para poder llevar con nosotros al pequeño Rasca y eso es un palizón de mil demonios. Pero entonces llego el segundo problema que era, precisamente, el coche.
Resulta que llevar tu coche a Inglaterra no es tan complicado porque aunque tengas el volante en el lado opuesto no ponen demasiadas pegas al respecto así que en pocos días conseguimos la documentación necesaria para circular con nuestro Polo por las calles de Glasgow. El problema era cómo llevarlo hasta allí.
Como ya he dicho la idea de conducir no era muy apetecible, como para casi nadie imagino, y mandarlo en avión con nosotros es impensable así que nos tocó investigar de nuevo como hacer eso y ¡Bingo!, encontramos a transportestransthalia.com, especializados en el transporte de coches.
Si a las dos compañías citadas anteriormente le sumamos el camión de la mudanza que contratamos para llevarnos los muebles, las 9 maletas que llevamos con ropa más los paquetes que nos mandamos por SEUR seguro que sumaríamos más de 4 y 5 compañías diferentes a las que tuvimos que pedir servicio con la dichosa mudanza. Y eso sólo era el principio. Luego venían más problemas como el papeleo para cambiar a mi hijo de escuela, los problemas con nuestros títulos profesionales que hay que homologarlos con Europa para que nos los reconozcan fuera de España, el problema del idioma y mucho más.
Lo único que si os puedo asegurar es que si tenéis que hacer algo así con niños es mejor hacerlo lo antes posible, cuanto más pequeños sean mejor, les dolerá menos y se adaptarán antes pero sino podéis hacerlo así pensad en que tirar de una tirita rápidamente es mejor que hacerlo despacio.