Lactancia materna o artificial: lo que importan es que queremos lo mejor para nuestros hijos

La maternidad es un cambio muy grande en la vida de una mujer, enfrentarse al reto de tener un hijo conlleva toda una serie de cuestiones que hay que plantearse a la hora de cuidar al recién nacido. Temas como el aseo, la alimentación, y la educación de los niños desde su más corta edad se vuelven capitales y nos llenan de dudas.

Precisamente, cuando se es madre primeriza, se tiene un mar de dudas sobre qué hacer y qué no hacer con el bebé, qué será lo mejor y qué debemos desechar como costumbres pasadas de moda que hoy en día están demostradas que, no solamente es que estén en desuso, sino que se desaconsejan completamente. El problema es que cuando una se queda embarazada aparecen montones de expertos alrededor en embarazos y en la crianza del bebé, que sin pedírselo, y con total atrevimiento, se dedican a decirte lo que tienes que hacer en cuestiones tan variadas sobre cómo vestirlo, dejarle llorar o no, portarlo en brazos mucho o poco según el criterio de quien habla, sobre su alimentación… La realidad es que tanto opinionista lo único que hace es marear, complicar las cosas e inducir al error, pero lo peor de todo, es que opinen libremente sin requerimiento alguno. Lo mejor de todo es dejarse guiar por los profesionales, tanto de la ginecología  durante el embarazo, así como de la matrona, y del especialista en pediatría que te corresponda.

El tema de la alimentación, más concretamente la lactancia ha dado y da para mucho. Independientemente de lo que una pueda pensar antes y después de quedarse embarazada sobre el tema, no van a ser pocos los que recomienden lo que les da la gana, pero no solamente eso, sino que lo hacen con cierto álito de juicio sobre tus pensamientos expresados. La realidad es que el hecho de   que una mujer decida hacer una lactancia materna o una lactancia artificial, depende única y exclusivamente de la madre, una decisión basada en sus necesidades y convicciones una vez analizados los pros y los contras de una y otra dependiendo de sus circunstancias una vez escuchados únicamente los especialistas en el tema como son matronas y pediatras.

Sobre las bondades y beneficios de la lactancia materna para el recién nacido hay mucha bibliografía, es una cuestión indiscutible. La  leche de la madre contiene muchas proteínas, proporciona gran cantidad de defensas y desarrolla su sistema inmunológico, ayuda a reducir la ictericia, favorece la digestión, previene el desarrollo  de la obesidad, previene alergias. Además tenemos que tener en cuenta un hecho nada desdeñable, al contrario, de gran importancia, la leche materna es una alimentación gratuita, no hay que realizar ningún desembolso. Precisamente el hecho de que la lactancia de biberón cueste dinero debe hacernos pensar que quien opta por ella tiene sus buenas razones debido a sus circunstancias, no es algo que se deba censurar. Como a las madres que optan por la lactancia materna, las que optan por biberón se preocupan igualmente o más por la alimentación de su hijo y la calidad de la leche que le proporcionan, por ello es típico ver  a las madres obsesionadas estudiando toda la variedad de leches de fórmula para elegir lo mejor para su bebé. En los últimos años hemos podido ver cómo las marcas han ido reduciendo la presencia de azúcares, así como la eliminación del aceite de palma en muchas de ellas, han cambiado el origen de sus proteínas…todo fruto de la preocupación de las madres por la calidad de la leche. Otro aspecto que miran mucho las mujeres que dan leche de fórmula es la calidad del agua para la preparación del biberón, son muchos los pediatras que preocupados por la calidad del agua de grifo directamente recomiendan agua mineral mínimo los 6 primeros meses de vida del bebé. Otra opción para asegurarnos la calidad del agua para el bebé es la instalación de un sistema de depuración del agua de grifo en nuestra cocina, algo por lo que se opta en muchos hogares evitando la molestia de cargar con litros de agua y generando así menos desechos plásticos.

Es vergonzoso que una madre se sienta juzgada por cómo y dónde alimente a su bebé

Dar el pecho en algunas culturas está mal visto, parece que una madre deba esconderse cuando le tiene que dar la toma a su bebé como si no fuera algo natural, ninguna mujer debe avergonzarse o sentirse avergonzada por tener que darle de comer a su bebé, es una necesidad y un derecho tanto del bebé como de la madre, no debe ser marginada en ningún rincón, si una mujer se siente a gusto amamantando en un lugar público a su hijo nadie tiene derecho a reprimirla. No es para nada justo que una madre que decida darle biberón a su hijo tenga más libertades morales a la hora de alimentarlo porque nadie le vaya a mirar mal por el hecho de no sacar un pecho. Por otro lado tenemos a quienes en su ánimo de defender la lactancia natural acaban juzgando a las que lo hacen con biberón. Si hablamos de derechos y libertades, lo básico es la libre elección, se trata de una decisión muy personal y es igualmente injusto que se juzgue negativamente a aquellas mujeres que deciden darle biberón por los motivos o circunstancias que sean a su bebé.

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